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Luis Caroca, Jefe de la Sección Ergonomía del Departamento de Salud Ocupacional del ISP
“Chile está muy lejos de contar con una política preventiva de género”

En el país, la mayoría de los implementos de trabajo no considera las características morfológicas de las mujeres, pues están diseñados según las condiciones anatómicas del hombre. A esto se suman factores ambientales, emocionales y sociales que las hacen quedar aún más desprotegidas y vulnerables. Para conocer cómo se está abordando el tema en Chile, conversamos con Luis Caroca, Jefe de la Sección Ergonomía del Departamento de Salud Ocupacional del Instituto de Salud Pública (ISP).

¿En qué elementos de trabajo se observan mayores diferencias ergonómicas de género?
En primer lugar, en el escritorio de oficina, ya que tanto mesas como sillas están elaboradas de acuerdo a los percentiles y medidas antropométricas del hombre. Lo mismo sucede con el uniforme de protección personal (pantalones, zapatos, cascos, máscaras respiratorias y otros elementos) que, en cuanto a talla y diseño, no consideran la anatomía femenina.

Por otro lado, lo podemos evidenciar en las herramientas, equipos y maquinaria pesada que se manipula en una industria o fábrica, debido al grado de fuerza que debe ejercer el trabajador.

¿Qué factores resaltan aún más estas diferencias?
Los ambientales, como la contaminación acústica y sustancias químicas en el lugar de trabajo. Por ejemplo, durante el primer semestre de embarazo de la mujer la exposición a este tipo de elementos resulta muy nociva.

Otro punto importante es la relación trabajo-familia, ya que la mujer es la que mayoritariamente se encarga de las tareas doméstico-familiares, cumpliendo de esta forma el rol múltiple de funcionaria, mamá, esposa y dueña de casa, lo cual puede generarle una gran carga emocional.

¿Cómo se está abordando el tema en Chile?
Si bien se han efectuado investigaciones sobre accidentes y condiciones laborales, existiendo incluso un centro de estudios de la mujer, ONGs y entidades relacionadas con la materia, Chile está muy lejos de contar con una política preventiva de género. Este es un aspecto fundamental, para que las empresas comiencen a preocuparse del tema e incorporen normativas al respecto.

Cabe destacar que el ISP está impulsando importantes iniciativas que se enmarcan dentro del proyecto Ergonomía Sustentable, del cual se desprende el reciente seminario “Salud Ocupacional, Ergonomía y Género”, en donde participaron expertos de reconocimiento mundial para ir creando conciencia sobre el tema. Asimismo, estamos formando profesionales en Ergonomía, a través de una beca para estudiar un magíster en España, y realizaremos durante este año capacitaciones sobre el tema a fiscalizadores, prevencionistas de riesgos y encargados de esta área en las empresas.

¿En qué rubros se ha evidenciado una mayor desprotección de la mujer?
Definitivamente en el sector de las temporeras, donde las trabajadoras no cuentan con ropa adecuada de trabajo, tienen jornadas laborales muy largas, y el tipo de función que ejercen es muy ambiguo. Además, en la mayoría de los casos, no tienen una relación contractual con la empresa, exponiéndose, por ejemplo, a que las puedan destinar, sin aviso, a otras localidades.

En segundo lugar, podemos destacar la industria de la acuicultura, específicamente las plantas de proceso, en las que se desempeña un mayor número de mujeres. En este tipo de lugares se pueden exponer a niveles complejos de temperatura y humedad, así como a tediosas cargas de trabajo y tareas muy repetitivas.

En ese sentido, ¿qué sucede en el área de servicios y salud?
También se han observado vulneraciones en las condiciones laborales de las mujeres; en el caso del rubro de servicios (hoteles y retail), se refleja en la exigencia de largas horas de pie y poca claridad en los roles, existiendo altas probabilidades de estresarse o accidentarse porque, muchas veces, carecen de normas de seguridad.

En el rubro de la salud, las trabajadoras están más propensas a químicos nocivos, enfermedades y traslado de pacientes en sillas de rueda o camillas, lo cual se hace perjudicial, pero más aún si es que están embarazadas. Además, deben cumplir turnos fuera del horario convencional de trabajo y enfrentarse frecuentemente con reclamos de los pacientes y sus familias.

¿Qué sectores se han preocupado más del tema?
La minería ha sido uno de los sectores que más se ha preocupado del tema, llevando a cabo programas como “Mujer Minera”, a través del cual se capacitaron aproximadamente 1.300 mujeres para desempeñarse en el rubro en ocho regiones del país. Para ello se desarrollaron iniciativas de seguridad y salud, a fin de que las trabajadoras estén más tranquilas y en óptimas condiciones en su lugar de trabajo.

Mayo 2013
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