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DROGAS Y ALCOHOL EN ESPACIOS LABORALES
¿Cómo abordarlo?
Por Carlos Vöhringer.

El consumo de drogas y alcohol es un problema que se presenta transversalmente en los diferentes sectores industriales, donde su incremento es preocupante. En este sentido, los liderazgos en una organización comprometida pueden ser un real aporte a su disminución.

De acuerdo a estudios de la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS, 2012), más del 72% de los trabajadores chilenos consume alcohol y un 6,9% utiliza drogas ilícitas. Si cruzamos estas cifras con la fuerza laboral actual en el país (más de 7 millones de personas según el informe 2011 del INE), encontramos que alrededor de 5 millones beben alcohol y cerca de 500 mil consumen drogas (como marihuana, pasta base y cocaína). ¿Es para preocuparse? La tendencia nos confirma que sí, sobre todo cuando estos consumos pueden, por diversos factores, derivar en usos problemáticos que afectan a la empresa.

Las consecuencias de esta realidad son múltiples y conocidas: afecta el proceso socio-productivo, aumenta en cinco veces la accidentabilidad y en tres veces el ausentismo (OIT, 2009), deteriora el desempeño y rendimiento personal de quien consume, produce problemas de salud e influye en el clima laboral, por mencionar algunas. Entonces, sobran las razones para que las organizaciones se ocupen de este tema y, prueba de ello, son las estrategias preventivas que muchas de ellas han implementado para disminuir este uso problemático en sus trabajadores.


Caminos posibles


¿Qué características tienen las empresas que facilitan de forma efectiva el desarrollo de estrategias de prevención y asistencia en este tema? Cuentan con una población relativamente homogénea; permiten la continuidad y evaluación de intervenciones preventivas; disponen de recursos humanos calificados; son un espacio idóneo para la detección precoz; pueden ayudar en la motivación para el abandono del uso y facilitan un entorno propicio para el tratamiento y la reinserción, entre otras.

El escenario anteriormente descrito es el ideal para abordar el uso problemático de drogas, tabaco y alcohol y, por supuesto, cada empresa cuenta con una realidad particular en la que posee alguna de estas características y no por ello es menos propicia para la prevención.

En este contexto, y desde nuestra perspectiva, resulta indispensable que tanto acciones, programas y políticas estén dirigidas a proteger y cuidar a los trabajadores, así como a crear entornos saludables. ¿En qué se traduce esto? En organizaciones que promueven la salud, bienestar y calidad de vida de sus empleados y familias de forma continua generando una cultura preventiva, orientan y ayudan a personas en condiciones de vulnerabilidad, construyen normativas que orientan y regulen los comportamientos esperados de sus empleados.

No hay duda que la organización juega un rol estratégico en el ámbito de la prevención y es un espacio ideal para fomentar un consumo responsable en relación con el alcohol. Ello significa desarrollar una estrategia preventiva que fortalezca los factores protectores y disminuya o gestione los de riesgo. Implica también contar con una estrategia de intervención asistencial cuando exista un uso problemático de alcohol y se genere dependencia.

Entre la absoluta abstinencia de sustancias y el uso crónico de las mismas, existen muchas formas de relación con las drogas, y es por eso que la intervención preventiva desde la empresa debe adaptarse a esta realidad. No es lo mismo tratar a un grupo que no tiene relación con las drogas, a uno que ha comenzado a consumirlas o a otro que ya presenta problemas producto de su uso.

Es relevante que la empresa reflexione sobre el enfoque preventivo que utilizará y dónde pondrá el énfasis de la responsabilidad. ¿Cuánto control pondrá sobre los trabajadores?¿Cuánto espacio le dará a sus empleados para que gestionen sus propios riesgos y autocuidado? De todas las decisiones que una empresa debe tomar al respecto, sí es primordial que cualquier acción preventiva y asistencial incluya a la organización en su totalidad, las que necesariamente deben estar insertas en una política de prevención y asistencia del uso problemático de alcohol y otras drogas que faciliten estilos de vida saludables entre sus colaboradores. Ellas deben describir los beneficios tanto para la empresa como para los trabajadores, incluidos sus familias e idealmente debieran ser construidas por todos.


Acciones preventivas


De las diversas intervenciones que pueden desarrollarse -de sensibilización, informativas, educativas, diagnósticas, comunicacionales, de apoyo y asistencia a los trabajadores y sus familias- el objetivo común es compensar los factores de riesgo y fortalecer los factores de protección.

Una de estas acciones es el trabajo que se puede realizar con supervisores y jefaturas en cuanto a alinearlos en la implementación de la política y el fortalecimiento de competencias y habilidades que les permitan gestionar las dificultades asociadas al uso de alcohol o drogas, el estrés y salud mental de sus equipos. Estas capacitaciones permiten conocer cuál es su responsabilidad, hasta dónde involucrarse y cómo hacer para iniciar el diálogo y orientar. Desde esta perspectiva, un supervisor que gestiona de manera óptima sus habilidades blandas es capaz de establecer vínculos de confianza que motivan y estimulan la conversación de todo tipo de temas, incluso los que aparentemente son más difíciles.

En términos de atención clínica y asistencial, cuando un trabajador ya presenta problemas de consumo, es fundamental realizar una evaluación completa e individualizada de modo de determinar la situación del consultante y poder comprender cuáles son sus necesidades terapéuticas. Nuestro trabajo con múltiples organizaciones nos ha demostrado que el éxito de una estrategia y su implementación en temas de tabaco, drogas y alcohol depende de cuán alineados estén dichos programas con los objetivos estratégicos de la organización.

Carlos Vöhringer, Director de Servicios Clínicos, Asesoría y Capacitación Fundación Paréntesis cvohringer@fundacionparentesis.cl

Mayo 2013
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