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OSTEOINTEGRACIÓN
Mejor calidad de vida para pacientes amputados
Por Dr. Carlos Sandoval, Traumatólogo, Equipo Osteointegración, del Hospital del Trabajador ACHS.

Perder una extremidad por un accidente es una situación que puede desencadenar graves consecuencias en lo laboral y personal. Frente a esto, la medicina actual ha logrado entregar una nueva oportunidad de reinserción social.

Hace algún tiempo, Mauro Tapia, profesor de educación física, sufrió un accidente de trayecto en moto donde perdió su pierna derecha. Al paciente se le realizó una osteointegración, que junto a un exitoso trabajo de rehabilitación, le permite ser actualmente personal trainer de un conocido gimnasio de Antofagasta.

A Jeremy Arriagada, supervisor en una minera, un apretamiento con una máquina le rompió el brazo derecho, lo que finalmente significó su amputación. A él también se le realizó una osteointegración, que le ha permitido lograr su anhelo de volver a tomar un lápiz, hacer su firma y dibujar con su pequeña hija. Hoy está reinsertado laboralmente, en un nuevo puesto y con nuevas funciones.

Casos como los descritos dan cuenta de una situación que, gracias a la medicina actual, puede tener un desenlace menos duro, incluso permitiendo su continuidad como fuerza laboral e insertarse nuevamente en sus funciones cotidianas. En los últimos años, se ha desarrollado una técnica que ya está revolucionando los métodos de rehabilitación y que desplazará a las prótesis convencionales. Se trata de la osteointegración, que aplica un implante directamente al hueso para que éste la “integre”, con lo que mejora la función y adaptabilidad y, adicionalmente, se recupera la percepción de sensaciones a través de vibraciones por la prótesis (osteopercepción), mejorando notablemente la calidad de vida de los pacientes amputados.

Este procedimiento consiste en dos operaciones con un intervalo de seis meses. En la primera, un implante de titanio se instala en el hueso del muñón, ya sea del fémur o del húmero, iniciando el proceso de osteointegración. Después de seis meses, una vez que el implante ya esté “integrado”, se realiza la segunda cirugía, la que consiste en instalar un conector al implante que servirá para anclar la prótesis. Posteriormente, se inicia el proceso de rehabilitación hasta lograr la utilización de la prótesis definitiva. La hospitalización se extiende usualmente por 10 a 14 días en cada una de las etapas. El tiempo estimado después de la colocación del implante y la utilización de la prótesis definitiva es alrededor de 1 año.


Reducción de las molestias


Las prótesis comunes provocan una serie de problemas a los pacientes. En los casos más complejos, se ven obligados a reingresar al pabellón quirúrgico a causa del inevitable daño que provoca el roce del material ortopédico con la piel, con los consiguientes costos que ello implica. A ello se suman molestias por sudoración, dolor, mal olor, ruidos molestos, irritación, dificultades en la colocación y retiro, caídas y cambio periódico de encajes. Todo esto finalmente redunda en la incapacidad laboral y dificultades para retomar una vida normal.

El titanio es absorbido por el hueso permitiendo retomar la sensibilidad de presión a través de la prótesis.

En cambio, la osteointegración emplea una prótesis de última generación, que no presenta los inconvenientes anteriores, permitiendo que la persona recupere su independencia, deje la silla de ruedas y disminuya su dependencia de las muletas. En este sentido, la técnica permite -en primer lugar- prescindir de la cavidad protésica, eliminando los problemas a la piel, sudoración, roce, dolor y heridas. Además, mejora la movilidad y función del segmento comprometido, permitiendo realizar actividades que con el sistema clásico son prácticamente imposibles.

Por otra parte, quienes usan este sistema recuperan la capacidad de percibir sensaciones a través del hueso. Las personas amputadas de pierna, por ejemplo, son capaces de sentir y diferenciar el tipo de terreno donde pisan, lo que no se logra con las prótesis tradicionales; en tanto, un amputado de extremidad superior puede calcular la distancia a la que se encuentran los objetos y estimar su peso para tomarlos de manera correcta.

La única recomendación post-operatoria importante es que la persona tenga el hábito de mantener una higiene rigurosa en la base del implante y no se exponga a actividades físicas que exijan demasiado al soporte de la prótesis, ya que ello podría provocar una fractura. Es por eso que el tratamiento de rehabilitación va de manera paulatina, para ir sometiendo a la prótesis a una carga gradual.

Si no se produce ninguna complicación, el implante es para toda la vida. Sin embargo, dependiendo de la actividad que desarrolla el paciente, es probable que se deba cambiar el conector cada cierta cantidad de años.
 

Los amputados de extremidades superiores vuelven a calcular distancia de los objetos y estimar su peso.

Quiénes pueden acceder

Esta cirugía está indicada para personas amputadas de brazos, piernas o dedo pulgar. En el caso de la extremidad inferior, la ablación debe haberse producido sobre la rodilla; en la extremidad superior, a la altura del húmero o excepcionalmente en el antebrazo. Importante es ser mayor de 18 años y menor de 70.

La condición psicológica del paciente es fundamental, pues debe ser muy consciente de su proceso de rehabilitación y actuar responsablemente para que el procedimiento sea exitoso. La osteointegración no puede aplicarse en personas diabéticas, en fumadores y en quienes tengan deformidades en el hueso. Tampoco es recomendada para pacientes que sufran enfermedades vasculares, que tengan infecciones locales o que presenten alguna alteración en su salud mental que haga desaconsejable someterse a un procedimiento tan complejo, que requiere un alto nivel de compromiso personal con el tratamiento. Este último punto es considerado como trascendental, ya que la mayoría de los casos exitosos, con reinserción en la vida normal, coinciden en que los pacientes han manifestado un gran compromiso, fundado muchas veces en sus seres queridos y planes futuros.

Abril 2013
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Comentarios acerca de este artículo
Lollalty Universidad de Panama (01/07/2016)

Tengo una sobrina que le hicieron un implante de titanio interno en el brazo pero la ostointegración no se ha dado completamente, cuál sería la causa?

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