En Chile, según cifras de la Superintendencia de Seguridad Social (Suseso), en 2016 ocurrieron 176.716 accidentes del trabajo, mientras que en el mismo período se produjeron 412 accidentes laborales que ocasionaron la muerte de trabajadores. En este sentido, el costo que paga el país por accidentes laborales y enfermedades profesionales alcanza alrededor de US$3.000 millones al año, o sea, más del 4% del PIB. De ese total, el 85% es “invisible” (pérdida de días de trabajo, da- ños materiales y menor productividad).

Estas cifras reflejan que la preocupación por la seguridad laboral no es solo un tema crucial desde el punto de vista ético y social, sino también desde un punto de vista económico, pues afecta directamente al desarrollo del país.

En este tema, tanto las empresas como las personas tienen responsabilidades compartidas: las primeras tienen la misión de desarrollar políticas de seguridad y protección de sus trabajadores, mientras que estos últimos también deben desarrollar prácticas de autocuidado. Sin embargo, la tecnología, y más precisamente, la automatización, hoy ofrece soluciones que permiten disminuir en forma dramática las cifras de accidentes laborales.

Cada día más empresas en Chile y el mundo están implementando sistemas para automatizar sus procesos industriales. En este aspecto, la tecnología se ha hecho parte para desarrollar sistemas con altas prestaciones, los que han permitido mejorar el control de los procesos, así como su disponibilidad y velocidad. Además, el cumplimiento de las normas cada vez más estrictas de seguridad en el trabajo ha llevado en los últimos años al desarrollo de robots que realizan tareas consideradas peligrosas para la salud humana, o que se ejecutan en contextos hostiles.

Estas se refieren a aquellas donde el operador está expuesto a riesgos, como, por ejemplo, descargar una pieza de una prensa mientras la máquina está en constante movimiento. Cada vez que el operador interacciona con equipos de alta complejidad se expone a un potencial riesgo, y el aumento o disminución de este varía según la frecuencia de esa exposición, el daño causado por el riesgo y la habilidad del trabajador.

La definición de los riesgos que pueden ser reducidos o suprimidos se realiza tras un proceso de “Risk Assessment” que analiza todas las tareas que realiza cada operador y evalúa los riesgos asociados a ellas. Mediante este sistema, se puede instalar, por ejemplo, un mecanismo que bloquee el movimiento de la prensa en el momento en que el operario deba hacer la acción de descarga de una pieza.

Hoy en día, la mayoría de las industrias trabajan e interactúan con máquinas constantemente. No obstante, en aquellas donde la interacción entre el ser humano y los equipos son mayores, como la automotriz, alimentos y otras, las oportunidades de aplicar soluciones de seguridad aumentan. La automatización permite evitar heridas serias, choques eléctricos y colisiones con partes en movimiento. Por ejemplo, cuando se instala un scanner de láser en una célula robótica, podemos detener el movimiento de un equipo cuando se detecta la presencia de una persona en el área de alto riesgo, evitando un accidente.