Hace algunos años, investigando los casos de accidentes graves y fatales por contacto con energía eléctrica, me parecía un tanto incongruente el hecho de que las normativas modernas de seguridad eléctrica, como los estándares NFPA, OSHA, NESC y otros relacionados, dieran un énfasis muy relevante a los peligros de arco eléctrico, mientras que los peligros de los choques (descargas o contactos eléctricos) eran casi relegados a un segundo plano.

A través del “Estudio de accidentes eléctricos y peligro del arco eléctrico: Introducción a un programa de seguridad eléctrica”, realizado con fondos concursables de la Fundación Científica y Tecnológica (FUCYT) de ACHS, analizamos en detalle una estadística de 4 a 5 años de accidentes laborales, pudiendo determinar que, en realidad, los accidentes por descargas seguían representando las mayores tasas de accidentes graves y fatales en la realidad chilena. No obstante, sí fue relevante que los accidentes por arco eléctrico iban en aumento, principalmente por la mayor potencia de los sistemas eléctricos y la falta de adecuación de la industria a los estándares modernos de seguridad eléctrica.

Continuaban apareciendo las nuevas ediciones 2012 y 2015 de la NFPA 70E “Seguridad Eléctrica en los lugares de trabajo”, y el Anexo K de la citada norma mostraba datos parciales de las subcategorías de peligros eléctricos, sin cruzarlos hasta ahora. Por otro lado, la industria, al darle mayor énfasis a los peligros de arco eléctrico, asumía (y todavía lo hace) que los sistemas eléctricos en baja tensión (menores a 1000 V), representan un riesgo también menor.

Sin embargo, hemos visto con mucho dolor una serie de incidentes eléctricos en estos días, incluyendo algunos con resultado de muerte, que, en determinados casos, tienen que ver con lesiones cardíacas provocadas por choques eléctricos. Esto nos hace replantear el hecho que si bien los accidentes por arco son relevantes y exigen el uso de todos los EPP arco resistentes requeridos (junto con todas las medidas de la jerarquía de control de riesgos), también es fundamental la protección contra el choque eléctrico, especialmente en sistemas de baja tensión, en los que se provocan las lesiones típicas como paro cardiorrespiratorio y fibrilación ventricular.

Afortunadamente, el anexo K de la NFPA 70E:2018 incluye una estadística global que vuelve a situar los accidentes por choque eléctrico como los más recurrentes como consecuencia de fatalidades de origen eléctrico en los EE.UU. Es así también como, dentro de la actualización, vuelve a poner la evaluación de choque como una actividad muy relevante y obligatoria en cada sitio de trabajo.

Seguir pensando que la baja tensión implica un riesgo menor, es no estar dando el énfasis correspondiente para la prevención de accidentes eléctricos y sus consecuencias. Todos los sistemas eléctricos representan un riesgo crítico si no se toman las medidas de control requeridas. Por lo tanto, las empresas deben adoptar mejores estándares y dar un énfasis mayor a la evaluación de riesgos de choque, como también a la evaluación de riesgos de arco eléctrico; cada una de estas con un análisis paralelo y medidas de control particulares y específicas. Además, se debe procurar tener planes de emergencia en caso de accidentes eléctricos donde el personal pueda entregar los primeros auxilios, maniobras de resucitación y aplicar DEA (desfibriladores) si es parte de la política de la empresa.