Óscar Arredondo.

La ropa de seguridad es uno de los elementos prioritarios para el uso de las personas en áreas de trabajo, y tiene directa relación con la actividad específica que se desarrolle y las condiciones de riesgo ambientales presentes. En este sentido, tiene como finalidad interponer una barrera o capa protectora entre la persona, las condiciones ambientales y los elementos que pueden causar daño, así como para resaltar la presencia del usuario dentro del lugar laboral. Entonces, para el desarrollo habitual de las tareas en un taller, es prioritario emplear la indumentaria adecuada, y no debe reemplazarse por otros elementos que no hayan sido elaborados para uso en el trabajo o por ropa parecida, pero de diferente material de elaboración.

Por ejemplo, los guantes para uso laboral son elaborados para ser empleados en tareas específicas, según los requerimientos de cada actividad laboral. Por esta razón, utilizar guantes diseñados para otras tareas, expone al trabajador a graves daños. Lo mismo sucede con la indumentaria, ya que los riesgos aumentan en forma significativa si no se utiliza la ropa adecuada para la actividad a realizar.

La revisión de la indumentaria de trabajo debe estar incluida en los programas de seguimiento periódico a través de listas de inspección y observación de conductas que se utilicen en la empresa. Esto, con el fin de verificar el estado de la prenda y localizar posibles fallas, como roturas, desgaste, suciedad, pérdida de propiedades fotoluminiscentes, entre otras.

Además, es muy importante que exista una capacitación periódica y formal a todos los actores participan en la selección, adquisición y reposición de esta indumentaria, de modo que elijan los elementos apropiados y adecuados para los trabajadores. Es responsabilidad del empleador educar a los trabajadores en su ropa de trabajo, ya que estos deben comprender aspectos importantes, como naturaleza y magnitud de los riesgos, uso de la prenda, métodos de limpieza y descontaminación de la ropa y ciclo de uso (conservación, duración, cuidado y eliminación de la ropa protectora). Al respecto, tomar conciencia de estos factores disminuye de manera relevante los riesgos para las personas que utilizan dicha indumentaria.

A continuación, se presentan algunos ejemplos:

• La ropa de caucho presenta restricciones en su conservación, tiene una duración acotada, y requiere de protección frente a la radiación UV, la humedad y los cambios de temperatura.

• Los monopolímeros cerrados pueden sufrir daños si se guardan doblados.

• La limpieza de la ropa de trabajo de varios usos debe hacerse con cuidado. Por ejemplo, las fibras naturales se pueden limpiar con un lavado normal si no hay presencia de elementos tóxicos. Sin embargo, los procedimientos de limpieza de las fibras sintéticas suelen ser más limitados, ya que algunos productos tratados pueden perder la resistencia al fuego si no se limpian correctamente.

• La indumentaria usada para los compuestos no solubles en agua casi nunca puede limpiarse con agua y jabón. Asimismo, en algunos casos, la indumentaria contaminada con pesticidas tampoco puede limpiarse con un lavado corriente.

• La limpieza en seco no es recomendable en ningún caso, pues generalmente no resulta eficaz y, junto con esto, puede degradar las prendas.

• Otro elemento importante a tener en consideración es que, en general, la ropa de seguridad no se puede arreglar o remendar.


Como regla general, según la variada gama de actividades a desarrollar, no está permitido guardar herramientas en los bolsillos de la indumentaria, ni tampoco colgarlas de cinturones de seguridad, o enganchar directamente a calzados especiales. Solo en los casos en que el diseño de la ropa lo requiera, y tenga bolsillos diseñados para tal fin, podrán llevarse herramientas en la ropa de trabajo.

Un programa modelo para la selección y uso formal debería considerar evaluación del riesgo, opciones para proteger al trabajador, criterios de selección con procedimientos para la determinación de la elección óptima, y validación de la ropa protectora por personal capacitado para dichas tareas.

Para el uso de la indumentaria, se deberían considerar criterios de descontaminación y reutilización (en caso de que sea posible), así como un programa de capacitación para los trabajadores en cuanto a su uso y cuidados. Este último es fundamental, ya que se pueden generar problemas por el desconocimiento de las características de las prendas, como por ejemplo, ropas confeccionadas con polímeros (como el polietileno) que no se inflaman, pero que pueden fundirse y adherirse a la piel, provocando graves daños. O bien, tener el resguardo de no llevar la ropa de trabajo expuesta a contaminantes a la casa para lavarla, porque puede exponer a la familia completa a compuestos químicos nocivos.

Para concluir, es de vital importancia que la persona encargada de seleccionar o adquirir la indumentaria de trabajo en una empresa, considere -entre otros parámetros- la consulta de todos los actores de la seguridad en la empresa. En otras palabras, el encargado de Seguridad y Salud Ocupacional de la empresa, comités paritarios de Orden, Higiene y Seguridad, y trabajadores, deben tener la oportunidad de probar la ropa protectora pensada para su uso, antes de que se haga la selección definitiva al fabricante o distribuidor.