César Mayorga.

¿Qué rol juega la seguridad laboral en Concha y Toro?
Es parte de la visión de sustentabilidad que Concha y Toro ha venido trabajando desde hace algunos años. En virtud de ello, la seguridad laboral y el bienestar de los trabajadores son, sin duda, temas relevantes para la compañía, por lo que se ha implementado un completo programa con objetivos definidos de reducción de accidentabilidad y siniestralidad a cumplirse en su totalidad en 2020. Este consta de acciones de seguridad laboral que emanan de la gerencia de Recursos Humanos, lideradas por el área de Prevención de Riesgos y que cuentan con el respaldo de la Gerencia General.

¿Cuándo partieron con esta estructura de trabajo y programa de seguridad?
Hace unos tres años y medio, coincidiendo con mi llegada a la empresa. Comenzamos por realizar un diagnóstico para ver cómo estábamos en seguridad, incluyendo las cuatro plantas, las tres áreas de negocio (agrícola, enología y operaciones) que tiene la empresa y los más de 3.500 trabajadores.

¿Es el comportamiento parte del foco que están trabajando?
Sí, creemos tener un sustento mayor que la obligación de usar los EPP, y que debemos llegar a que el comportamiento del trabajador se fundamente en decisiones seguras. Para que los trabajadores puedan incorporar este concepto, realizamos periódicamente charlas, capacitaciones y reuniones con supervisiones y gerencia.

Para reforzar este pilar, hemos lanzado una campaña con la definición de las “Ocho Reglas de Oro” en Seguridad, las que son directrices diferenciadas por colores para una fácil lectura y reconocimiento. Estas nos permiten identificar situaciones de riesgo, como la no intervención de máquinas o equipos en movimiento; no intervenir tableros eléctricos; o respetar señalética y transitar por caminos señalizados, entre otras circunstancias, con gráficas instaladas en las diferentes plantas. Este trabajo nos valió un reconocimiento de HUB Sustentabilidad, con el Premio “Iniciativas Sustentables 2016”.

En este sentido, ¿han abordado la emocionalidad en el trabajador?
Efectivamente. Para reforzar un comportamiento seguro, se debe tocar la emotividad del trabajador; esa es la única forma de generar el cambio. Por ello, lo hemos incorporado en la forma de dar las retroalimentaciones. Ya sea a causa de un hecho de riesgo o bien en recomendaciones, reforzamos que siempre se debe destacar los aspectos positivos de su desempeño y dejar lo negativo como una oportunidad de mejora, de realizar el trabajo de manera distinta.

Una relación basada en “el látigo” solo genera reacciones momentáneas sin entendimiento ni acercamiento del porqué. En la otra vereda, obtenemos trabajadores que entienden la razón de estas acciones, lo que nos permite generar decisiones más seguras que se proyectan en el tiempo.

Además, hemos reforzado este tema a través del área de calidad de vida, mediante el Programa de Asistencia al Empleado (PAE) que entrega asistencia psicológica, legal y financiera a través de asesores externos. Otras iniciativas son actividades deportivas, descuentos en organizaciones afines, entre otras.

¿Han creado canales para que el trabajador manifieste sus ideas?
Sí, porque es necesario que existan canales de comunicación donde los mismos trabajadores puedan proponer sus comentarios o ideas de mejora en procedimientos y de denuncia, así como también para que las jefaturas puedan recibir esas ideas y hacerse cargo de ellas. Por ejemplo, tenemos la iniciativa “Aperra con tus ideas”, liderada por el área de Calidad de Vida, a través de la cual los trabajadores puedan sugerir ideas de diferentes temáticas, ya sea una medida de optimización del proceso o una nueva medida de seguridad.

Posteriormente, un comité evalúa estas ideas y selecciona las mejores para llevarlas a la práctica; por cierto, con reconocimiento al trabajador. Si bien muchas de ellas son pequeñas iniciativas, pueden tener un gran impacto en la producción y en la seguridad. No podemos perder la creatividad e ingenio de nuestros propios trabajadores.

¿Qué tan diferentes son los riesgos en las tres áreas de negocio?
Son tres mundos muy distintos. En el caso del agrícola, tenemos temporalidades en donde hay alto ingreso de personal a los que tenemos que sumar a esta cultura de seguridad que estamos generando. También tenemos labores de invierno, con menor cantidad de personal, pero que representa otros riesgos, principalmente del trabajo con químicos.

En lo industrial, tenemos focos como el área logística (transporte), las líneas de envasado propiamente tal (atrapamientos) y las áreas de filtro (riesgos químicos). En el caso de la enología, los riesgos también están sujetos a un período como la vendimia (febrero y mayo), donde ingresan nuevos trabajadores a los procesos.

En todos los casos, se les entrega lineamientos de comportamiento para que puedan realizar sus tareas en la producción de forma segura, avanzando de manera conjunta en todas nuestras áreas de negocio.

¿Cómo han sido los índices obtenidos hasta el momento?
Es importante ver cómo estamos posicionados respecto de la industria en esta materia, y creemos que estamos en buen pie. Actualmente, y considerando todas las razones sociales de Concha y Toro, tenemos una tasa de accidentabilidad de 4,5%, que si bien está dentro de las cifras positivas de esta industria, no nos deja conformes. Nuestro foco es tener al 2020 una tasa de accidentabilidad de 3%.

Para Concha y Toro, ¿es la seguridad laboral un diferenciador de mercado?
Absolutamente, porque le estamos diciendo a nuestros clientes que no solo entregamos productos de calidad, sino que también un producto fabricado bajo medidas de seguridad y salud de los trabajadores. Esto también lo analizamos desde la perspectiva de nuestros principales clientes, como las grandes empresas del retail (Wallmart), que tienen sus propios estándares de calidad y nos exigen que tengamos medidas de seguridad e higiene en nuestra producción. Otros, como Tesco, nos exigen dar cumplimento a sus estándares -y somos auditados por ellos-, que incluyen también ítems de conducta ética, referente al trabajo infantil, trabajo precario y condiciones higiénicas adecuadas.

¿Cuáles son los objetivos para este año?
Pronto terminaremos la etapa de diagnóstico, para luego continuar o generar nuevas directrices, las que irán fortaleciendo la cultura de seguridad. Este año continuaremos trabajando con situaciones críticas, como son los riesgos con maquinaria en movimiento y la interacción con personas.

Otro de nuestros objetivos es llegar al 80% de trabajadores capacitados en distintos temas de seguridad y de liderazgo, porque queremos tener trabajadores más empoderados, autónomos, que sepan identificar riesgos y que puedan proponer iniciativas y soluciones. También, continuaremos con la mejora de la infraestructura e iluminación de lo que ya tenemos. Asimismo, se finalizará la implementación de una nueva planta -Vespucio II-, una de las líneas más modernas que tendremos que nos permitirá un trabajo mejor y, por cierto, aminorar los riesgos.