Andrés Fuentes.

¿Qué pasa en Chile respecto de la protección de incendios de edificios de altura?
Tenemos mucho tiempo trabajando con expertos del área, recomendando que el diseño de protección de seguridad contra incendios para edificios debe hacerse según el desempeño que tendrá ese inmueble específico frente a un incendio. En otras palabras, el diseño debe responder a los factores propios del edificio (materiales, diseño, mobiliario, personas, etc.), sin limitarse a las normas escritas para instalar detectores o sistemas que permitan detener un incendio.

En la práctica, si bien hay inmuebles que están por sobre la normativa (lo que es muy positivo), existen otros donde se han cumplido los requerimientos de la norma, pero que no tienen en cuenta, por ejemplo, si es de uso comercial o habitacional, pues cada uno obliga a tener programas, vías y tiempos de evacuación acordes. En definitiva, se deben considerar muchos elementos, y Chile aún dista mucho de eso, viendo el tema de manera igual para cada caso.

¿Es la evacuación de personas el principal tema a abordar en edificios de altura?
Así es. Frente a un incendio, el gran tema es cómo evacuar de manera segura a las personas que están entre el incendio y toda la parte alta del edificio. Para ello, existen diversos sistemas para que no sean afectados ni por el calor que las pueda quemar, ni por el humo que los pueda intoxicar, como líneas de evacuación, cajas de escaleras que estén presurizadas para que no entre humo, y sistemas exteriores que puedan servir de evacuación.

En este sentido, ¿qué profesionales deberían liderar la implementación de sistemas contra incendios?
Profesionales del área, y particularmente desde la ingeniería de incendios. Esto, porque los proyectos tienen que incluir diversos elementos; como estándares de cálculo preestablecidos, conocer sistemas de detección y, sobre todo, de control y extinción, que eviten que el fuego se propague por habitaciones contiguas y que el confinamiento sea el adecuado, entre otros muchos aspectos. Sin embargo, otro punto importante se refiere a nuestra cultura de los incendios, de cómo reaccionamos ante un siniestro de esta clase.

¿Por qué?
Porque si bien sabemos cómo reaccionar ante un terremoto o tsunami, pocos saben qué hacer ante un incendio, tanto a nivel industrial como habitacional. Entonces, debemos trabajar esta cultura de que los incendios se pueden prevenir, pero también que, al ocurrir, se debe actuar de acuerdo a protocolos explícitos.

Entonces, ¿aún falta “tomarle el peso” a los efectos de un incendio?
Antes de que las Torres Gemelas se vinieran abajo, se creía que un edificio jamás se derrumbaría a causa de un incendio y que los bomberos tenían tiempo infinito para apagarlo. Ahora ya sabemos a nivel mundial (y los países desarrollados lo han incorporado a sus normativas) que, dadas ciertas características del edificio, este puede caer a causa del fuego. El conocimiento va evolucionando muy rápido en esta materia y no sé si esto ha sido considerado en Chile a nivel normativo.

En este sentido, la situación es preocupante. Santiago, por ejemplo, está lleno de edificios de altura, y muchos de ellos son antiguos, y en varios de ellos, recién se está trabajando en evacuar el producto de los calefonts fuera del edificio. Eso demuestra que el nivel en Chile sigue siendo bajo.

Todavía se ve que solo se considera la protección contra incendios cuando el inmueble ya está construido, en vez de considerarla desde el diseño del proyecto, pudiendo relacionar el trabajo con arquitectos y constructores, aplicando herramientas numéricas. Falta mucho camino por recorrer.