Según el Departamento de Estadísticas e Información de Salud de Chile, se registraron a nivel nacional, en 2014, un total de 404 defunciones en el sector industrial, cuyo mayor porcentaje (20%, es decir, 80 muertes) corresponde a Técnicos y Profesionales de nivel medio de las Ciencias Físicas y Químicas, la Ingeniería y afines.
Estos datos reflejan la importancia de que la atención inmediata de los heridos, ya sean estos leves o graves, corresponda a una primera respuesta, a un “primer auxilio” (expresión que indica “todo lo que se hace o debiera hacerse antes que llegue ayuda médica”). Así, por ejemplo, un corte grave en uno de nuestros trabajadores, donde debemos actuar de manera rápida activando la ayuda especializada y otorgando el primer auxilio correcto, podría evitar una hemorragia severa con el consiguiente shock, siempre y cuando quien asista esté debidamente capacitado. En otras palabras, se debe contar con personal preparado para enfrentar este tipo de emergencias, que ocurren en cualquier horario y lugar.
Primeros auxilios a nivel industrial
Contar con un team o equipo de primera respuesta formado en Primeros Auxilios y en Reanimación Cardiopulmonar que actúe frente a una emergencia de salud, no tan solo aumenta la sobrevida de la persona afectada, sino que propende al trabajo en equipo, mejora el liderazgo y la comunicación efectiva entre pares, aumentando también el grado de confianza en el personal. Se debe mencionar que es una primera respuesta, que haremos lo mejor en el tiempo más breve y con el menor daño, ya que la respuesta especializada viene de profesionales formados en el área.
No realizar las maniobras de salvataje correctas en el momento primero de la emergencia aumenta las probabilidades de empeoramiento del estado de salud de la víctima y, por tanto, las chances que tendrá finalmente el equipo profesional que venga en auxilio avanzado.
Entonces, la capacitación en primeros auxilios tiene una importancia vital no tan solo por aplicar bien los procedimientos y aumentar la probabilidad de salvar una vida, sino también en el intento de hacer el bien y no provocar algún daño adicional o acelerar un proceso negativo.
Por ejemplo, supongamos que presenciamos o nos avisan que uno de nuestros compañeros de trabajo ha caído casi 4 o 5 m de altura. ¿De qué manera ayudamos a esta persona? ¿Lo movemos? ¿Curamos sus heridas? ¿Qué hacemos primero?
Otro ejemplo es la actuación en trauma, que sigue una regla de nemotecnia básica que es el “ABCDE”, donde:
A significa Vía Aérea, es decir permeabilizarla;
B es Ventilación, verificar que esté respirando;
C es Circulación, verificar su pulso;
D es chequear el estado de Conciencia;
y, E es Exposición donde verificamos algún otro daño.
Por tanto, no podríamos actuar de manera efectiva si no conocemos los pasos básicos en trauma, como al mismo tiempo movilizar e inmovilizar, reanimar en caso necesario, o incluso solicitar la ambulancia, paso que se ve tan simple, pero que también necesita un entrenamiento previo para no equivocarnos al pedirla.
Claves de cómo abordar una emergencia en primeros auxilios
No debe pasarse por alto o subestimarse la educación dirigida a dominar los primeros auxilios, ya que cuando menos lo esperamos podemos pasar por una situación en la que necesitaremos salvar una vida, ya sea en nuestro puesto de trabajo como en la vida diaria.
Ante una situación de riesgo, como una caída de altura o un PCR (paro cardiorrespiratorio), nuestra primera respuesta debe ser siempre dar aviso, es decir, pedir la ayuda de inmediato a un servicio de ambulancia (ya sea de mutualidad a la que se esté afiliada, a un SAMU, o a un servicio privado), indicando lugar, dirección, situación que acontece, y teléfono en caso que se corte la llamada. Una vez comunicada la solicitud, viene la actuación, es decir, comenzar con maniobras de trauma en caso de caída de altura o reanimación en caso de PCR. Suspenderemos nuestra primera respuesta, cuando el equipo especializado llegue al lugar, informándole todo lo que ha ocurrido y el tiempo transcurrido otorgando la ayuda.
En resumen, capacitar a los equipos de primeros respondedores, contar con líderes potentes que guíen este grupo, y mantener actualizados a todos respecto a los riesgos inherentes de cada trabajo, permitirá disminuir las tasas de mortalidad, todo siempre acompañado de la prevención de riesgos y el autocuidado.
Artículo gentileza de Carlos Vizcaya, Enfermero Director Medsafe Capacitaciones.