Ferrán Arias.

Según los datos recogidos en el Informe Anual de Estadísticas de Seguridad Social de la Superintendencia de Seguridad Social (SUSESO) de abril de 2016, el 52% de los accidentes fatales estuvieron asociados a la presencia de un vehículo y, de estos, un 12% correspondió a vehículos de faena (grúa horquilla, tractor, maquinaria de construcción, entre otros).

En este artículo, me centraré en los riesgos más frecuentes, cuyo origen está en la utilización del equipo; ello, fundado en datos tomados del “Manual de Uso de Maquinaria Pesada”, de la Asociación Nacional de Empresarios Fabricantes de Áridos (España), ANEFA, 2016. Además, daremos por hecho que la maquinaria o vehículos, indistintamente, tienen los resguardos pertinentes (cinturón de seguridad, barras antivuelco y sistemas de parada automática, entre otros), y entenderemos que cuentan con todos sus sistemas en perfecto funcionamiento, especialmente suspensión, frenos y dirección. De otra manera, la primera medida sería tener una máquina que cumpla estos estándares.

Cabe recalcar que mientras los sistemas de seguridad pasiva protegen al conductor, los de seguridad activa le protegen a él y al resto de las personas que interactúan con la maquinaria y disminuyen el riesgo durante su operación, por lo que revisten, si acaso, de mayor importancia.

• Choques o golpes del trabajador con partes del equipo y atrapamiento: ocurren cuando el trabajador es golpeado por un equipo o elementos móviles sin proteger. Este impacto puede estar acompañado por un atrapamiento, y representan la primera causa de accidentes graves y una de cada seis muertes.

Para reducir este riesgo, se deben señalizar las zonas de trabajo de las máquinas, su radio de acción y delimitar el perímetro de seguridad. En el mantenimiento, se debe asegurar la completa detención de la máquina en cuestión y los mecanismos de bloqueo pertinentes. La faena debe efectuarse de una sola vez y, de no ser posible, comprobar, cada vez que se retome el trabajo, que los bloqueos permanecen en su sitio. Además, los trabajadores deben usar siempre ropa ceñida al cuerpo, no usar pulseras, collares, anillos u otros objetos similares, y llevar el pelo corto o recogido.

• Caída por talud: es la segunda causa de accidentes graves, equivalente a una de cada seis muertes. Se produce por deslizamientos de tierras inesperados, debido a que el vehículo se acerca demasiado al desnivel o porque el terreno cede de forma imprevista. La estructura del talud puede ceder si se acumula peso cerca de la zona de corte, por lo que debemos evitar que el vehículo se aproxime señalizando la zona segura. De igual modo, inclemencias del tiempo pueden desestabilizar el terreno, por lo que se recomienda efectuar revisiones periódicas para comprobar su consistencia. Finalmente, erradicar la práctica de alto riesgo que consiste en el descenso por laderas o taludes utilizando la cuchara de la máquina como “freno”.

• Atropellos o golpes con vehículo: es la cuarta causa de accidentes graves y la primera de muertes (una de cada cuatro). Se producen por la no delimitación de zonas para vehículos y zonas para peatones al interior de las faenas. Se deben respetar los límites de velocidad fijados en los lugares de trabajo y deben existir zonas diferenciadas para el tránsito de vehículos y personas. Como la cultura peatonal es idéntica fuera y dentro del lugar de trabajo, debemos hacernos cargo y tener capacitaciones que apunten al cambio conductual en este ámbito.

En general, la maquinaria pesada tiene un gran número de ángulos muertos que llevan a que el cruce imprevisto de un peatón termine en la mayoría de ocasiones con consecuencias nefastas. En este sentido, debemos evitar crear “zonas ciegas” añadidas por cargas sobredimensionadas, o el uso de telas o lonas para protegerse del sol.

Además, estos vehículos no están pensados para el transporte de personas, por lo que un giro brusco, un frenazo, o cualquier otro imprevisto provocan la caída de los pasajeros con resultados catastróficos. Finalmente, el uso de chalecos reflectantes aumenta la visibilidad de los transeúntes, permitiendo su mejor y mayor identificación; balizas y señales sonoras ayudan al peatón a saber cuándo hay un vehículo en la zona y tomar los resguardos debidos.

• Atrapamiento por vuelco o caída de máquinas o vehículos: las medidas de seguridad pasiva de la maquinaria actual no convierten al conductor en invulnerable y uno de cada siete accidentes mortales se deben a esta causa. En el ámbito laboral, se replican conductas usuales en la conducción ordinaria. Límites de velocidad, vías adecuadas al vehículo, uso del cinturón de seguridad, son medidas básicas que deben incorporarse al comportamiento de los trabajadores mediante programas de seguridad vial.

Según un estudio de la Universidad Pública de Navarra, los accidentes mortales por vuelco de tractor suponen el 70% de los muertos por maquinaria agrícola. La gran fuerza que ejerce su tren trasero los vuelve inestables: aceleración indebida, giros con poco espacio o a velocidad excesiva, entre otros. Asimismo, aquellos tractores más estrechos son más inestables. Además, aunque el arco de seguridad es obligatorio, no todas las máquinas cuentan con él, y es abatible en algunos modelos. Respecto al enganche, debe ir siempre por debajo de la barra de tracción y los cargadores frontales deben ir lo más bajo posible ya que su elevación mueve el centro de gravedad del vehículo aumentando el riesgo de volcamiento.

En segundo lugar, grúas horquilla circulando por las calles. Aunque tienen patente, no cuentan con las medidas básicas para circular por las vías públicas de la ciudad, ya que se diseñan para pavimentos lisos y llanos, como el interior de galpones y fábricas, o con pendientes muy suaves. La Resolución 177 Exenta del Ministerio de Transporte prohíbe expresamente su circulación.