Como lo dice su nombre, el Seguro Contra Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales -que debe asumir el empleador de forma obligatoria, y que es administrado por una mutualidad o el ISL- asegura la cobertura médica ante todo tipo de lesiones o dolencias que tengan origen laboral (incluyendo un eventual proceso de rehabilitación y reinserción laboral), así como el pago de subsidios en casos mayores de invalidez.
No obstante, lo primordial del seguro está en que incorpora los instrumentos para garantizar un escenario previo que se adelante a la ocurrencia de este tipo de accidentes y enfermedades, impulsando la gestión de los riesgos inherentes al trabajo y a las actividades económicas, sentando las bases para que se cumplan cuatro aspectos básicos: que se informe a los trabajadores de los riesgos; se cuente con un Reglamento interno de Higiene y Seguridad; se cree un Comité Paritario de Higiene y Seguridad, en caso que la empresa tenga más de 25 trabajadores; y se disponga de un Departamento de Prevención de Riesgos, si se superan los 100 empleados.
Trabajadores informados y conscientes
Trabajadores informados de estos factores son la clave dentro de un modelo de seguridad que actualmente los necesita y los integra, y que ya dejó de estar sólo en las manos de las empresas y el Estado, para pasar a ser una responsabilidad de todos.
Asimismo, trabajadores conscientes de la gestión básica del riesgo pueden jugar un rol más activo no sólo como ente fiscalizador de su entorno laboral, sino que, sobre todo, como factor preponderante y participativo en la conformación de la propia estrategia de seguridad de las empresas en las cuales se desenvuelven, a favor de ellos y de la sustentabilidad de la misma. Y es que el actual modelo de seguridad propone una visión integradora de la seguridad, que contemple no sólo el ámbito laboral, sino que todos aquéllos que conforman el universo de la persona como un ser: lo familiar, lo económico, lo profesional, y muchos otros.
Así es como nace la Cultura de Seguridad, que una vez asegurados los aspectos más técnicos y básicos que se deben cumplir, busca incorporar la gestión de los riesgos, y el cuidado personal y colectivo como valores permanentes a toda la cadena de valor de las organizaciones, que se logren gestar de forma genuina aunque sistemáticamente, y trascienda a la empresa, permeando a las personas que la conforman, a sus familias y a toda la sociedad.
Una empresa es segura si los riesgos están controlados y todos los colaboradores asumen conductas seguras en forma permanente; por esta razón, los resultados de excelencia, sólo se logran con colaboradores comprometidos con la seguridad, con gran conciencia de sus conductas y con un reconocimiento muy claro de la interdependencia entre ellos.
El papel de los comités paritarios
Dentro de este panorama es que los Comités Paritarios de Higiene y Seguridad son parte medular de la seguridad al interior de las organizaciones, porque -además de permitir cumplir correctamente con las disposiciones legales-, en lo profundo, su correcto funcionamiento los convierte en una instancia de participación donde, en conjunto, trabajadores y administración buscan las mejores soluciones para el control de los riesgos específicos de cada lugar de trabajo, apoyando la creación de una Cultura de Seguridad y la conformación de una conciencia sobre el tema.
En vista de esa importancia, Mutual de Seguridad CChC ha definido 2013 como el año de los Comités Partitarios en base al recientemente lanzado Modelo de Certificación que –aprovechando y potenciando su naturaleza participativa, proactiva y multiplicadora- apoye su mejoramiento continuo para convertirlos en socios estratégicos en materia de seguridad y gestión de los riesgos al interior de las empresas.
Así, la certificación permite asegurar el adecuado funcionamiento de este importante instrumento de prevención de riesgos contemplado en la Ley, aprovechando las mejores ideas y prácticas de seguridad y salud en el trabajo, aportando a la disminución de los días perdidos por siniestros laborales, mejorando los indicadores de desempeño y promoviendo la participación de todos los que están bajo el control de la organización, con la finalidad de crear y fortalecer la Cultura de Seguridad en las empresas.
En esta línea, consiguiendo trabajadores con mayor conciencia del papel activo que juegan, por un lado, haciendo efectivo su derecho a protección y seguridad y, por otro, conociendo sus propias responsabilidades.
Pymes y el monitor de seguridad
Como vimos, los Comités Paritarios son una obligación para las empresas de más de 25 trabajadores. No obstante, para las pequeñas y mediana empresas –que son la base del desarrollo de nuestro país- se está impulsando la figura del “monitor de seguridad”: trabajadores de la propia empresa capacitados como líderes de gestión de riesgos, certificados por Mutual de Seguridad CChC, los cuales realizan un trabajo constante dentro de la empresa, permitiendo generar una verdadera Cultura de Seguridad al interior de las mismas, considerando recursos humanos y económicos más limitados.
De esta forma, el actual modelo de seguridad proactivo y participativo encuentra en la Pyme un núcleo importante: la gestión del riesgo en las pequeñas y medianas empresas es un gran desafío, dentro del cual es clave empleadores que se preocupen de generar las condiciones necesarias para un trabajo seguro y saludable, y trabajadores informados, motivados y conscientes de la importancia de la seguridad. A partir de esta mirada integradora es posible ir construyendo una Cultura de Seguridad.
