Mantención de aire acondicionado, cambio y reparación de cubiertas, pintura de fachadas, limpieza de techumbres, son algunos de los servicios que más requieren las empresas en el cambio de estación, especialmente en un año que se proyecta como lluvioso. Las cubiertas de los techos industriales son superficies frágiles; presentan inclinación, humedad y polvo, a lo que se agrega, en muchos casos, la presencia de viento, que aumenta los peligros de caídas.

Respecto al trabajo en altura, las empresas suelen ser reactivas, a pesar de saber que en invierno es necesario realizar mantención en las techumbres. Cuando descubren una gotera, suben a arreglarla, pero no previenen estos problemas. También en otoño se realiza control de aves, pues muchas veces anidan o llevan materiales a las canaletas y todo eso puede interrumpir el normal funcionamiento de la caída de agua.

El primer paso es evaluar qué solución de trabajo en altura le conviene a cada empresa según sus características. Algunas organizaciones cuentan con protocolos de seguridad y fechas claras para mantenciones periódicas y, en general, estas requieren sistemas de protección colectiva para desplazamiento. Estos se componen de tres partes: sistemas de protección individual; escaleras con línea de vida vertical, y líneas de vida permanentes en techumbres (de tipo cable de acero o rieles de aluminio), que les permita a los trabajadores moverse de forma fluida y segura por la cubierta. Las líneas de vida son un sistema de anclaje que permite el desplazamiento seguro de los trabajadores por el lugar de faena, manteniéndose siempre conectados. Además, cada trabajador debe poseer Elementos de Protección Personal (como arnés, cabos de vida y amortiguador de impacto) certificados.

Además, hay que considerar que gran parte de los accidentes en altura suceden en el trayecto del piso al techo y para evitarlos, es necesaria una escalera especial. La forma más segura de subir es conectándose a una línea de vida vertical adosada a un costado de ésta, o conectándose a una escalera que incluye de fábrica una línea de vida. En definitiva, estos tres elementos (sistemas de protección individual, escaleras con línea de vida vertical y líneas de vida permanentes en techumbres) son ideales para una empresa que realice trabajos en altura de manera constante, donde se justifica una inversión mayor en infraestructura, que dure varios años.

Cuando las reparaciones en techumbre deben hacerse solo de manera muy esporádica, no se justifica que capaciten a sus propios trabajadores ni que inviertan en una instalación permanente. Para ellos, existen empresas que pueden ofrecer servicios especializados en acceso de altura en distintas estructuras, colocando líneas de vida provisorias que se desinstalan una vez terminado el trabajo de reparación o mantenimiento.

Lo más importante a la hora de realizar un trabajo en altura, es contar con personal capacitado. Se requiere tener al día los exámenes de altura física y geográfica; es imprescindible tener características de salud compatibles con el trabajo, mantener el peso adecuado, no tener problemas cardíacos ni diabetes, incluso haber pasado ciertos tests psicológicos, porque un trabajador con depresión, por ejemplo, no debería hacer maniobras en altura.

Contratar servicios externos o capacitar a la mano de obra de una empresa, se traduce en un mejor uso de los recursos y del tiempo, sin poner en riesgo la vida de los trabajadores. Por ejemplo, si uno de ellos llegara a pisar mal un tragaluz, la caída suele tener consecuencias graves o fatales. Además del trauma psicológico personal y familiar para el sobreviviente, hay que considerar el daño emocional que puede causar a los compañeros que presenciaron el accidente, sumado a las consecuencias monetarias, legales y penales, como una parada de planta, pérdidas de horas hombre, multas, incluso un cierre de planta. Las repercusiones económicas son enormes y si el accidente se llega a hacer público, también puede tener consecuencias sociales.

En conclusión, las compañías cumplen un rol fundamental en la protección de sus trabajadores, por lo que deben identificar peligros y evaluar riesgos antes de planificar cualquier trabajo en altura durante los meses de otoño e invierno. Esta planificación debe ser acorde al tamaño de la empresa y sus necesidades, para descubrir si les conviene capacitar a sus propios operarios o externalizar las obras de mantención.

Algunos galpones requieren ventilación en el verano y se abren las ventanas en el techo dos veces al año. Puede que para esa compañía, instalar una línea de vida permanente no sea buena opción. Pero si una empresa tiene un galpón de muchos metros, con maquinaria costosa y necesita mantenciones programadas, necesitará el capital humano capacitado y una línea de vida permanente instalada en su planta.