Trabajar desde 1,8 metros del suelo se considera una tarea de riesgo, ya que una caída desde esa altura puede generar lesiones graves, e incluso la muerte. De acuerdo a cifras de la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS), los accidentes laborales por esta causa vienen representando hace algún tiempo un 10 a 12% anual. En este sentido, la clave en su prevención radicaría en la variedad, pues debe considerar desde componentes físicos –por ejemplo, los EPP-, hasta psicológicos –como la capacitación-.

A nivel nacional, gran parte de los accidentes fatales por trabajos en altura se ocasionan tanto por el descuido de controles propios de la especialidad, como por la sobreexposición del trabajador, producto del acostumbramiento continuo al peligro, explica Rodrigo Barahona, Especialista Sectorial Construcción, Energía y Telecomunicaciones de la ACHS. En este sentido, las medidas de control deben ser consideradas en tres etapas, comenzando en la fase inicial del proyecto o diseño de los métodos de trabajo para excluir aquellas tareas o escenarios que presenten riesgo de caída. Cuando esto no es posible, se debe gestionar la prevención mediante el uso de protección colectiva; si las medidas de control llegan a ser insuficientes para la seguridad del trabajador, se debe recurrir al uso de un sistema personal para la detención de la caída.

Los elementos ambientales (viento, lluvia, nieve, hielo, temperatura y movimientos sísmicos), son factores que deben ser incorporados en todo análisis, diseño y programa de trabajo, de modo previo a la ejecución de actividades. De no incorporar los controles necesarios en los estudios previos, los equipos que operan en altura podrían enfrentar situaciones que pueden exponerlos a caídas de altura, golpes contra estructuras, fallas en el funcionamiento de equipos (principalmente por congelamiento), pérdida del control en la operación directa, movimientos descontrolados, u oscilaciones en equipos y/o plataformas de trabajo.

En caso de que las barreras de seguridad fallen y se active el sistema personal para la detención de caídas, René González, Asesor de Proyectos de la Gerencia de PRP de la Mutual de Seguridad CChC, advierte que se puede generar en los trabajadores suspendidos en el aire el llamado “síndrome del arnés”.

“Cuando las personas se mantienen colgadas entre 2 a 15 minutos, aparecen los primeros síntomas relacionados con la disminución del retorno venoso en las extremidades y problemas cervicales por la hiperextensión del cuello”, detalla González. Dada la falta de irrigación se presentan molestias generales e imposibilidad de cambiar de posición (al estar colgado e incapacitado de mover las extremidades). La persona puede perder fácilmente la conciencia e, incluso, morir por falta de oxigenación.

El autocuidado juega un rol trascendente en la prevención de accidentes, pero para que esa decisión sea ejecutada en el momento adecuado requiere que el operario cuente con las herramientas necesarias para discernir entre operaciones seguras. Para Barahona, es vital generar conciencia de los peligros, pues “gran parte de los accidentes fatales por esta actividad tienen como causas el descuido de controles propios de la especialidad, y la sobreexposición del trabajador, producto del acostumbramiento continuo al peligro”, enfatiza.

Empresas Eléctricas A.G.

Rosa Serrano, Directora de Estudios y Regulación de Empresas Eléctricas A.G.

A juicio de Rosa Serrano, Directora de Estudios y Regulación de la asociación gremial, una de las principales preocupaciones de las compañías eléctricas es velar por la seguridad de las personas al llevar a cabo todo tipo de trabajos en las redes eléctricas de Baja, Media y Alta Tensión.

En este sentido, Empresas Eléctricas A.G. recomienda contar con personal capacitado y certificado por un organismo competente, que posea pleno conocimiento de las actividades a desarrollar, así como también de los potenciales riesgos y medidas de mitigación. Asimismo, es un requisito básico para los trabajadores que participarán en este tipo de actividades, encontrarse en una adecuada condición física y mental para ejecutar con destreza y seguridad todas las maniobras requeridas.

Asimismo, la profesional recuerda que el gremio está realizando permanentemente una serie de acciones preventivas, desde concientización del riesgo y elaboración de procedimientos, hasta capacitación en uso de camiones hidroelevadores y plataformas de trabajo, o el rol de los exámenes médicos ocupacionales.

Cámara Chilena de la Construcción (CChC)

Antonio Errázuriz, Presidente de la Comisión de Seguridad y Salud Laboral de la CChC.

Según consigna Antonio Errázuriz, Presidente de la Comisión de Seguridad y Salud Laboral de la CChC, la seguridad asociada al trabajo en altura y, por ende, con riesgo de caídas a distinto nivel, tiene una alta importancia en la Construcción, sector donde representa la mayor tasa de mortalidad: del total de accidentes fatales ocurridos en esta industria, aproximadamente el 45% está asociado a este tipo de labores, donde se puede observar una gran presencia de estructuras del tipo estacionaria o fijas, tales como andamios y plataformas en volado.

“Ante esta situación, la gestión preventiva relacionada con este peligro debe ser uno más de nuestros focos de trabajo preventivo, sobre todo en momentos en que, como gremio, estamos enfocados en hacer una campaña de seguridad laboral que busca sensibilizar a los públicos relevantes que se relacionan con la industria –socios, trabajadores y comunidad- sobre la necesidad de erradicar los accidentes con consecuencias fatales en el trabajo y contribuir a crear una cultura de seguridad en las empresas”, sostiene Errázuriz.

Uno de los aspectos principales de esta campaña “Hacia el cero accidente fatal” es que los trabajadores se involucren identificando, controlando y reportando conductas riesgosas en las obras para posteriormente gestionar estos hallazgos en la organización, mediante la participación activa en una campaña de gestión de reportes e incidentes en obras que en terreno implementa la Mutual de Seguridad.