En los últimos años, más allá de lo que señalan las leyes y reglamentos, las empresas han comenzado a invertir en capacitar a su personal en primeros auxilios y seguridad, aunque de manera paulatina. Si bien es una tendencia creciente, todavía es muy bajo el porcentaje de empresas que han tomado conciencia de la importancia de contar con personas capacitadas en reaccionar en situaciones de emergencia.
La Cruz Roja Chilena hizo las consultas, y entre el año 2010 y el 2011, sólo el 15% del personal de apoyo a las labores gerenciales o administrativas de una empresa tenía los conocimientos y entrenamiento para identificar y actuar en una situación de Paro Cardíaco. Incluso el uso correcto del botiquín de primeros auxilios es una tarea poco valorada en algunas empresas: no siempre está en el lugar adecuado, no está completo y, peor aún, ¿cuántas personas tienen real conocimiento sobre el uso de cada artículo que se encuentra en esa misteriosa cajita? Como institución, nos hemos percatado de esta situación a través de las capacitaciones que realizamos en diferentes empresas, instruyendo a los trabajadores en primeros auxilios.
Para los miembros de una organización, es una obligación moral para con sus hijos y su familia cuidarse, prevenir y saber qué hacer en caso de accidentes en su lugar de trabajo, en la vía pública o en su casa. Capacitar a una persona en primeros auxilios es brindar un grado más de seguridad a sus compañeros de trabajo y a su entorno familiar.
La situación actual
Como organización, la problemática de los accidentes laborales nos interesa de gran manera, por lo que hemos desarrollado acciones para posicionar su importancia en las distintas esferas de la sociedad. En este sentido, nos hemos percatado de que hoy, en la industria en general, falta un desarrollo mayor de la relevancia de los primeros auxilios, y de igual manera como se capacita a un trabajador en el uso correcto de una herramienta, maquinaria o un software, se debe capacitar a las personas en primeros auxilios para que tengan el conocimiento de cómo actuar en caso de emergencias.
Estas acciones deben tener un lugar clave en una organización, ya que representan la preocupación por su capital más preciado. Asimismo, la tecnología se ha transformado en un aliado en este proceso, la que cada vez entrega mayores soluciones efectivas. Desde hace un par de años los equipos de desfibrilación externos automáticos (DEA), han bajado considerablemente su valor comercial, y en grandes y pequeñas empresas, su uso se masifica cada día. Se sorprendería lo simple que es su uso y lo vital que resulta al momento de salvar una vida.
Lo recomendable, de acuerdo a casos de empresas exitosas, es que todas las acciones preventivas que se generen en este sentido, deben ser acompañadas de un buen entrenamiento en primeros auxilios y gestión del riesgo, con lo que se conseguirá cambios a actitudes menos temerosas y actitudes más cuidadosas.
Un buen programa de capacitación
Un programa de capacitación de primeros auxilios debe contener a lo menos con un 50% de contenido práctico. Existen muchos manuales de primeros auxilios en Internet, pero aprender primeros auxilios no significa memorizar un texto. ¡Hay que practicarlos!
Estar preparados para enfrentar una emergencia, significa conocer los protocolos de actuación y seguridad para la víctima y quien efectúa primeros auxilios. Conocer y valorar los signos vitales de una persona es muy importante, como también lo es saber cuándo solicitar ayuda especializada, cuándo activar una cadena de supervivencia o iniciar un traslado.
Aprender estas técnicas significa invertir tiempo. Entrenar al personal de una empresa puede significar una jornada de trabajo por año. En otras palabras, por cada día invertido en prevención y primeros auxilios, puede evitar muchos accidentes laborales, con el consiguiente beneficio en productividad.
El equipamiento necesario para que una empresa pueda ofrecer seguridad y tranquilidad a sus trabajadores en caso de emergencia no es costoso. Un buen Botiquín o un Desfibrilador son actualmente el equipamiento mínimo necesario y ambos se encuentran al alcance de cualquier empresa. Su uso no es complejo y los beneficios son cada día más tangibles, como lo señala nuestra experiencia en capacitación y asesoría de implementación.
Lo antes mencionado se puede ejemplificar en una pequeña historia que ocurrió hace algún tiempo, donde el héroe, quien tenía conocimientos en primeros auxilios, logró tomar las decisiones correctas que minimizaron las consecuencias de un accidente.
A un trabajador, al que llamaremos Javier, su experiencia de Primeros Auxilios le había sido de utilidad a la hora de detener una hemorragia o reducir una fractura. Pero hace dos años, tuvo que demostrar su celeridad y eficacia enfrentándose a una situación más compleja: el accidente de Daniel, un compañero de almacén que quedó atrapado bajo enormes cajas de material pesado. Mientras el resto de sus compañeros se ofrecían para trasladar al herido a un centro médico, Javier supo imponer su criterio: el afectado no salía del almacén hasta que un profesional inmovilizara su columna dañada. Esta acción evitó que Daniel terminara sus días en una silla de ruedas.