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HIGIENE INDUSTRIAL
La importancia del control de los agentes nocivos

Entre las diversas aristas que aborda la salud ocupacional, se encuentra la higiene industrial, campo que juega un rol fundamental a la hora de evitar o disminuir los agentes que ocasionan enfermedades en los espacios de trabajo.

En 2016, el Gobierno publicó la Política Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo, la que explicita la necesidad de que en el país se apliquen medidas que resguarden la seguridad y salud ocupacional, reforzando así el camino que gran parte de la industria ha decidido tomar para bajar las tasas de accidentabilidad (según cifras de la Suseso, 3,6 accidentes por cada 100 trabajadores en el primer semestre de 2016).

Sin embargo, la situación con las enfermedades laborales es diferente, ya que, según manifiesta Osvaldo Villagrán Calderón, de la Gerencia de Salud Ocupacional del IST, “incluso a nivel mundial, las tasas de enfermedades profesionales, generadas por riesgos físicos, químicos y biológicos, así como también ergonómicos y psicosociales, han presentado un permanente incremento, generando con ello nuevos desafíos preventivos”.

En este escenario, la Higiene Industrial cobra importancia y se presenta como una de las principales vías para reducir enfermedades ocupacionales.

Osvaldo Villagrán, IST.
Ricardo Vásquez, DUOC UC.
Paula Sánchez, UNIVERSIDAD POLITÉCNICA DE CATALUÑA.
Sebastián Amaro, USM.

Control de los agentes nocivos

La Higiene Industrial se enfoca al estudio de las causas de las enfermedades profesionales (y de los posibles riesgos químicos, físicos y biológicos). Es una técnica no-médica, en que se aplican métodos de anticipación, reconocimiento y evaluación de riesgos y condiciones perjudiciales en el ambiente laboral, así como el desarrollo de estrategias de prevención.

En esta medida, la identificación de los puntos de riesgo resulta fundamental. A juicio de Ricardo Vásquez, Director Carreras Prevención de Riesgos en Duoc UC sede Puente Alto, el primer paso es conocer el agente con el cual entra en contacto el trabajador. “Como una definición básica, podemos mencionar como agente todo insumo que nutre el proceso de producción. Por lo tanto, esta detección la podemos encontrar principalmente en la interacción de tres elementos: el trabajador, el medioambiente (específicamente el de trabajo) y los agentes de riesgo”, sostiene.

Por su parte, Paula Sánchez, Directora General del Centro de Alta Formación Universitaria (CAF) de la Universidad Politécnica de Cataluña, agrega que “para el reconocimiento de agentes físicos, biológicos y químicos, es recomendable caracterizar las áreas y espacios de trabajo de la empresa y, a partir del tipo de producción, determinar cómo deberemos proceder en la identificación de estos riesgos, donde se deben analizar metodología o elementos técnicos involucrados”.

Otro de los elementos a considerar, una vez detectados los agentes causantes de enfermedades, “es medir aquellos agentes determinando cuáles son relevantes o están presentes en concentración y/o intensidades que pueden efectivamente causar enfermedades”, destaca Sebastián Amaro, docente de la Universidad Federico Santa María. Una vez concluido este proceso, Amaro menciona que se deben tomar las medidas de control para la eliminación y/o mitigación de la exposición del trabajador, siguiendo criterios relacionados a jerarquías de control (ordenadas según prioridad): eliminación y/o modificación del proceso, controles de ingeniería y administrativos, y uso de EPP.

Entre los elementos en los que se debe poner atención, Villagrán sugiere los siguientes: la tecnología y puestos de trabajo, las materias primas, así como los productos intermedios (subprocesos) y finales.

Para el experto de IST, dependiendo de la naturaleza del agente de riesgo que se aborde, la Higiene Ocupacional se apoyará en técnicas y metodologías que permitan abordar consistentemente los posibles riesgos presentes. “Por ejemplo, frente a la existencia del agente de riesgo ruido, habrán de aplicarse los conocimientos propios del tema, así como usar equipos específicos (sonómetros, dosímetros, etc.) y metodologías de medición, evaluación y control correspondientes. Situaciones equivalentes se tendrán frente a la existencia de los riesgos físicos y químicos en general”, acota.


Orden y aseo

Un aspecto que también se debe considerar dentro de la Higiene Industrial es el aseo y limpieza de los espacios laborales. “Si entendemos que el Orden es la colocación de las cosas en el lugar que les corresponde, y el Aseo es la limpieza del lugar dejándolo libre de suciedad y desechos, podemos señalar categóricamente que ellos sí influyen en las condiciones higiénicas de una empresa pues ambas tienen como objetivo final, mejorar las condiciones generales de trabajo”, opina Villagrán.

“Es necesario destacar la gran importancia que tiene en esta relación la forma en que son realizadas estas dos acciones. Por ejemplo, cuando se barre sin humedecer una superficie cubierta de polvo, gran parte de este se integra al aire ambiente, por lo que se recomienda humedecer primero el piso, o bien, emplear un sistema de aspirado. Es decir, no solo el orden y el aseo han de ser fines en sí mismos, sino que es clave considerar la forma en que ellos se realizan para que generen de forma plena los beneficios que se esperan”, continúa el experto del IST.

De acuerdo a Paula Sánchez, también se debe considerar la incorporación de técnicas que ayuden a la gestión del área, como la metodología de las 5S, que aborda puntos clave íntimamente relacionados a espacios laborales limpios y ordenados.


Ambiente laboral sano

En este aspecto, un trabajo sano significa que en el desarrollo de sus labores habituales, una persona no vea afectada su calidad de vida, producto de la interacción con su trabajo y sus agentes, explica Vásquez. Añade que “un trabajo sano debe permitir que una vez que ha cumplido con el ciclo de vida laboral pueda desarrollar sus actividades personales en forma normal, sin tener, por ejemplo, problemas de audición generados por la exposición a ruido ocupacional”.

En esa línea, Villagrán visualiza un lugar de trabajo sano, de acuerdo a la Higiene Industrial, “como la no afectación del bienestar de las personas en sus lugares de trabajo, por lo que sus esfuerzos estarán orientados, en definitiva, a procurar que los agentes de riesgo ambientales presentes en las empresas se encuentren en niveles aceptables, impulsando para ello la aplicación priorizada de medidas de carácter ingenieril, administrativas y de elementos de protección personal, respectivamente”.

Cabe señalar, finalmente, que los niveles de aceptabilidad a aplicar están fundamentalmente definidos en el Decreto Supremo N°594, el que define las condiciones sanitarias y ambientales básicas en los lugares de trabajo.

Enero 2017
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