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Gravedad de las alergias ocupacionales
Por Dr. José Ignacio Méndez Campos, Sociedad Chilena de Medicina del Trabajo (Sochmet).
Las alergias son una de las condiciones crónicas más frecuentes en la población, afectando a personas de todas las edades. Variados son los agentes alérgenos como así los lugares en que se presentan, y los espacios laborales no quedan ajenos. ¿Cómo reconocerlas?
José Ignacio Méndez.

En términos simples, una reacción alérgica es una respuesta desmedida del sistema inmunológico ante una sustancia externa (“alérgeno”), en una persona con cierta susceptibilidad individual. Como muchas de estas sustancias están presentes en el lugar de trabajo, constituyen una condición frecuente de observar en trabajadores y trabajadoras, especialmente en ciertos rubros laborales.

Estas reacciones afectan principalmente aquellos tejidos o sistemas que tienen más contacto con los alérgenos ambientales, en los que, a su vez, hay mayor presencia de células del sistema inmunológico: piel y mucosas. En estas zonas, las reacciones alérgicas pueden presentarse de distintas formas y con grados variables de severidad.


Factores en el ámbito laboral

En los lugares de trabajo, podemos encontrar innumerables alérgenos que pueden ingresar al cuerpo humano por distintas vías. Para efectos didácticos, nos referiremos brevemente a los tres grupos más frecuentes de alergias ocupacionales:

Alergias respiratorias: son las que comprometen el aparato respiratorio y se originan en alérgenos presentes en diversos polvos que ingresan por vía inhalada y producen diversas patologías, como por ejemplo: rinitis, asma, síndrome de disfunción reactiva de la vía aérea, y neumonitis por hipersensibilidad.

El asma relacionada con el trabajo constituye una de las principales enfermedades profesionales en el mundo, con una prevalencia en aumento. Se debe distinguir entre la patología exclusivamente ocupacional (rinitis o asma) y aquella agravada por el trabajo, para lo que el médico del trabajo debe evaluar los factores individuales (antecedente individual de atopía, hiperreactividad bronquial, hábito tabáquico, reflujo gastroesofágico e infecciones respiratorias a repetición). La determinación fehaciente del origen ocupacional, debe realizarse mediante la comprobación de una hiperreactividad bronquial al alérgeno laboral específico mediante prueba de provocación bronquial específica con dicho agente. Sin embargo, la mayoría de las veces no se puede realizar este examen y se logra el diagnóstico mediante pruebas indirectas y/o complementarias.

Los alérgenos laborales que más frecuentemente causan asma ocupacional en nuestro medio son la harina de trigo, los isocianatos, algunas maderas y el formaldehído (ACHS, 1990-2006). Es fundamental controlar el riesgo de desarrollar alergias respiratorias mediante el control de la exposición al agente de riesgo en el lugar de trabajo, controlando la fuente y utilizando elementos de protección personal cuando corresponda. También es relevante identificar y tratar los factores de riesgo individuales subyacentes (control ambiental de alérgenos domiciliarios y evitar el tabaco, principalmente).

Alergias cutáneas: las dermatosis ocupacionales son enfermedades laborales muy frecuentes, afectando a gran número de trabajadores y generando un número importante de días de ausentismo laboral. Afectan principalmente las manos, por lo que suelen ser incapacitantes para el ejercicio de cualquier ocupación. Dentro de las dermatosis ocupacionales (también llamadas dermatosis laborales o profesionales), tenemos dos grupos principales:

Dermatitis de contacto irritativa (DCI): son las más frecuentes (80% de las dermatitis de contacto) y se genera por daño irritativo y citotóxico directo de la piel, producto del contacto con una sustancia irritante, por lo que no corresponden a una alergia propiamente tal. Si la cantidad y tiempo de exposición es suficiente, podrían eventualmente afectar a todos los trabajadores expuestos a la sustancia.

Dermatitis de contacto alérgica (DCA): constituyen el 20% de las dermatitis de contacto y se producen por un mecanismo inmunológico de sensibilidad retardada, por lo que se requiere un proceso de sensibilización en sujetos genéticamente predispuestos (susceptibilidad individual). Una forma más agresiva de compromiso cutáneo es la urticaria, que puede acompañarse de angioedema (aumento de volumen de partes blandas) e incluso llegar a un shock anafiláctico.

Los trabajadores más propensos a desarrollar dermatitis de contacto son aquellos que se desempeñan en ambiente húmedos y que manipulan sustancias tales como disolventes, plantas, metales (cromo, níquel y cobalto, especialmente), resinas, gomas, plásticos, pinturas, barnices, plaguicidas y agentes antimicrobianos, entre otras.

La confirmación diagnóstica suele requerir exámenes específicos, como el test de parche. En todos estos casos, es importante identificar el alérgeno responsable para evitarlo o eliminarlo, así como usar adecuadamente los elementos de protección personal específicos.

Alergias oculares: el ojo es un órgano especialmente expuesto tanto a alérgenos presentes en el aire como a sustancias que ingresan por contacto directo. Existen numerosas formas clínicas de compromiso alérgico del ojo, de acuerdo a la zona específica que se afecte, siendo las más frecuentes la conjuntivitis alérgica y la blefaritis de contacto (que corresponde a una dermatitis de contacto de los párpados). Es esencial el control de los alérgenos desde la fuente de emisión y el uso correcto de elementos de protección personal (gafas).


Estudio y calificación de una alergia ocupacional

Cuando una alergia afecta a un trabajador y se sospecha que su origen es laboral, debe realizarse una Denuncia Individual de Enfermedad Profesional (DIEP) y acudir al centro médico respectivo de su Organismo Administrador de la Ley 16.744. De acuerdo a las regulaciones de la Superintendencia de Seguridad Social, el caso deberá ser estudiado a través de una historia clínica, exámenes complementarios, historia ocupacional y estudio de puesto de trabajo. Posteriormente, esta información será revisada en cuanto a su suficiencia por un Comité de Calificación de Enfermedades Profesionales (CCEP), que se apoyará en estos antecedentes u otros adicionales para calificar el origen laboral o común de la alergia.

Recientemente, la SUSESO convocó a una mesa de trabajo para la elaboración de un protocolo de estudio y calificación de dermatosis ocupacionales, entre las que se cuenta la dermatitis alérgica. En esta mesa participan profesionales de la Sociedad Chilena de Medicina del Trabajo, Sociedad Chilena de Dermatología y representantes de la Academia y Organismos Administradores, entre otros. Se espera que dicho protocolo que viene a complementar la Circular 3241, sea publicado durante el año 2017.

Enero 2017
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