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Protección solar
para los trabajadores Chile, pionero en Latinoamérica

El cáncer de piel produce un crecimiento patológico de las células que la componen. Según datos de la OMS, en los últimos cinco años la tasa de cáncer a la piel en Chile ha aumentado de 20 a 25 casos por cada 100.000 habitantes, ubicándose como el tercer cáncer más común.

Según estudios a nivel internacional, el 80% de la radiación UV que absorbe una persona a lo largo de su vida, se adquiere antes de los 25 años, por lo que el cáncer a la piel no es considerado una enfermedad profesional en ninguna parte del mundo, salvo en los casos que se refieran a efectos causados por radiaciones ionizantes.

En ese sentido, la Ley 16.744 de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, obliga a servicios de salud y mutuales, a realizar programas preventivos, orientados a fortalecer la protección por parte de los trabajadores para evitar que enfermedades como el cáncer aparezcan o, en el peor de los casos, se detecten de la manera más precoz posible.

A su vez, la Ley 20.096 (2006) sobre radiación UV, específicamente en su artículo 19, y el DS 594 (1999) sobre “Condiciones Sanitarias y Ambientales Básicas en los Lugares de Trabajo”, plantean una serie de exigencias que deben cumplir los empleadores donde se desempeñen trabajadores expuestos a radiación UV.

Tatiana Riveros, Sochiderm.
Leoncio Muñoz, FALP.
Rodrigo Loubies, CONAC.

A esto se suma el hecho de que en 2011, el Minsal publicó la “Guía Técnica sobre Radiación UV de Origen Solar”, que regula el riesgo de exposición y contiene medidas de control que deben implementar los empleadores con la finalidad de minimizar el daño a la salud y promover medidas de autocuidado entre los trabajadores.

Tatiana Riveros, de la Sociedad Chilena de Dermatología (Sochiderm), asegura que la legislación actual es clara en generar una protección adecuada al trabajador y agrega que la Inspección del Trabajo es muy estricta en términos del cumplimiento de la normativa. “De manera constante, los fiscalizadores acuden a grandes empresas a inspeccionar y en épocas de inicio del trabajo de temporeros controlan que se cumpla la aplicación de la ley y, además, la educación en esta materia a través de procedimientos de inducción”, comenta.

La especialista afirma que Chile es pionero en materia legislativa a nivel latinoamericano; es más, precisa que incluso “apenas la mitad de los estados de EE.UU., cuentan con alguna normativa al respecto y, junto a algunos países de Europa y Australia, Chile es de los pocos que cuenta con protección para los trabajadores que laboran al aire libre”.


Educación perentoria

Leoncio Muñoz, dermatólogo de la Fundación Arturo López Pérez (FALP), sostiene que en Chile se puede considerar que actualmente existe un rango de “epidemia de cáncer a la piel”, motivo por el que es un problema reconocido a nivel laboral y se toma en cuenta con bastante seriedad. “Debemos mantener parámetros epidemiológicos comparables a los de Australia, país donde las leyes laborales tienen más de 25 años de vigencia”, sugiere.

Muñoz asegura que la minería es uno de los sectores donde se mantiene siempre un control más exhaustivo. “En las faenas agrícolas, especialmente en los packings de fruta, me ha tocado ver también cómo se protege a los trabajadores, asignándole lentes o antiparras con filtros, gorros, ropa adecuada y protectores solares”, acota.

Más que empresas o rubros donde existe mayor conciencia que otros, la doctora Tatiana Riveros indica que las diferencias se generan más bien entre los propios trabajadores. “La educación en este tema es fundamental; hoy por hoy se ve cada vez más que los empleados se preocupan por el tema y se protegen. Incluso, muchos se controlan médicamente, lo cual era muy extraño hace diez años”, acota.

Sin embargo, en muchos casos, la profesional comenta que se da la paradoja de que algunas personas cumplen con todos los parámetros de protección en el trabajo, pero el fin de semana, en sus viajes al parque o la playa, “andan sin polera y no se cuidan”.

Rodrigo Loubies, médico asesor de la Corporación Nacional del Cáncer (CONAC), afirma que el trabajo de educación constante que realiza esta entidad, así como los distintos gremios, han llevado a que en la actualidad se tome mucha más conciencia sobre los cuidados y protección solar. “La educación y capacitación permanentes son un pilar clave para que tomemos conciencia sobre los beneficios y riesgos que tiene la exposición solar. Una correcta planificación y desarrollo de programas de educación continua, permiten que las personas aprendamos y podamos poner en práctica estas enseñanzas en nuestra actividad laboral diaria, y lo más importante, el aprendizaje lleva a la expansión del conocimiento y podemos llevar lo aprendido a nuestros hogares, con lo que protegemos no solo a los trabajadores, sino que también a sus familias”, añade.

A juicio de Muñoz, la labor que cumple el prevencionista de riesgo de cada empresa es primordial en este ámbito. “Por ejemplo, resulta clave que este profesional asesore en la cantidad y número de veces que cada empleado debe untarse el filtro solar”, sostiene. “Eso sí, desconozco los niveles de educación que existen en esta materia a nivel local, motivo por el cual sería interesante llevar a cabo estudios concretos respecto al nivel de capacitación y adherencia de los trabajadores al cumplimiento de las normas”.


Cremas y prendas con filtro UV

En materia de vestimenta, la doctora Riveros aclara que según un estudio realizado por una entidad estatal australiana, que certifica objetos de protección solar, no existe evidencia alguna que indique que los trabajadores deben utilizar prendas con filtro UV para lograr mayor protección, ya que los productos de algodón con trama gruesa y oscura, son igual de eficientes que un filtro solar factor 50. “Un aspecto a tener siempre en cuenta es que la prenda debe estar seca”, aclara.

Respecto a las cremas solares, la facultativa precisa que estas son protectoras, no bloqueadoras, lo cual puede dar una idea falsa a la gente de que está completamente protegida. “No hay mejor prevención que estar bien vestido con gorro, ropa y lentes. En general, y según estipula el reglamento, las cremas deben ser aplicadas cada dos o tres horas según la actividad física que se esté desarrollando”, aclara. Loubies destaca que la industria ha mejorado mucho los productos utilizados para proteger de la radiación UV. “Desde los artículos electrónicos que han disminuido la emisión de radiación UV en sus pantallas, las ampolletas y sistemas de iluminación como fuentes emisoras, hasta los productos que usamos directamente en la fotoprotección como lentes oscuros con filtro UV, sombreros, ropas fabricadas con telas con distintos grados de UPF (factor de protección solar)”, afirma.

En la actualidad, agrega, los filtros solares incluyen protección sobre un rango más amplio de las radiaciones electromagnéticas dañinas. “Hoy encontramos filtros que protegen contra la UVA, UVB, infrarrojos, luz visible, etc. Además, la cosmética y formulaciones son mucho más amistosas en la actualidad, y se dispone de una amplia gama de productos específicos para cada tipo de piel”, enfatiza.

En cuanto a recomendaciones para evitar errores y realizar una protección adecuada, Muñoz sostiene que es importante recordar que una persona que antes de los 20 años se expuso a una radiación intensa, la posibilidad de que padezca un carcinoma a los 60 años es muy alta. Afortunadamente, señala, “esta enfermedad es absolutamente tratable, ya que carece de potencial metastásico, y corresponde al 80% de los casos de cáncer a la piel”.

El profesional agrega que las recomendaciones más relevantes se basan en utilizar el filtro solar al menos tres veces al día, usar sombrero con visera para orejas y parte trasera del cuello y ropa UV que proteja las extremidades y protección ocular de manera de disminuir la exposición solar crónica. “Mi consejo más importante es realizar un autoexamen de piel” (ver recuadro).

Según Riveros la mayoría de la gente no sabe que debe echarse “siete cucharaditas de té” para cubrir todo su cuerpo, y en general tienden a aplicarse una cantidad muy inferior a esa medida.


Autoexamen: regla del ABCDE

Asimetría: donde al realizar una división imaginaria de la lesión, ambas mitades son claramente distintas.

Bordes: se trata de límites difusos, no definidos claramente como es en una lesión benigna.

Color: las lesiones malignas se caracterizan por su carácter abigarrado.

Diámetro: aunque no es una regla determinante, se estima que si se sobrepasan los 6 mm, habría que poner atención.

Evolución: se refiere a que una lesión benigna pueda transformarse en maligna, en función del tiempo, y adoptar aspecto sospechoso. En general, las lesiones malignas se desarrollan como tales desde el principio y es menos común que provengan de lunares preexistentes y cambien su carácter.

Quienes tienen factores de riesgo para desarrollar cáncer de piel deben observar toda la superficie cutánea periódicamente, con la ayuda de espejos o terceras personas. En tanto, es recomendable un chequeo anual con un especialista y la dermatoscopía digital.
Noviembre 2016
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Comentarios acerca de este artículo
Carmen Gloria Voss uvcool (16/12/2016)

Excelente ropa con protección UV certificada.

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