Una respuesta temprana es trascendental para combatir un incendio. Durante los primeros segundos, la ignición es controlable por las primeras medidas de protección (como un extintor portátil), pero es necesario que el personal que detecte el siniestro tenga las capacidades necesarias para responder adecuadamente, tanto en forma (metodología) como en velocidad. Para conseguir una respuesta inmediata y apropiada, Somital ha venido trabajando en la formación de brigadas de emergencia bajo los estándares NFPA 600 y NFPA 1081.

“Una vez que se han hecho todas las instalaciones con equipos activos de combate contra incendios, se debe reforzar la repuesta humana contra el fuego, porque, en la mayoría de los casos, los siniestros son detectados por los trabajadores antes que por los detectores automáticos. Esos segundos son valiosos y se debe actuar rápidamente para suprimirlo”, explica Leonardo Schrader, Gerente de Capacitación y Operaciones de la empresa.

Con más de 10 años en el control de emergencias industriales, Somital brinda servicios de instrucción y entrenamiento a empresas para actuar de manera correcta ante una emergencia, siendo siempre la prevención contra incendios su foco. Este servicio dispone de dos modalidades: Capacitación (entrenamiento contra fuego y plan de emergencia) y Asesoría de Formación de Brigadas, a través de la que se desarrollan herramientas de liderazgo y trabajo en equipo en la organización-cliente, ya que ante un siniestro todos los colaboradores deben poseer la capacidad de liderar y ejecutar las maniobras de control.

De acuerdo a Schrader, es importante conocer qué realmente necesita una empresa o planta para reaccionar ante un incendio. Labores con altas temperaturas (como la soldadura) pueden transmitir calor -mediante un elemento que sirva de puente- y generar un incendio a metros de distancia de la fuente, para el que quizás no se estaba preparado. Por dicha razón, el profesional señala que, además de entrenarlos en la respuesta humana ante un incendio, Somital se preocupa de que los brigadistas puedan detectar posibles focos de fuego (instalaciones, equipos y formas en que se realizan los trabajos). “Muchas veces, estas acciones pueden sonar mínimas, pero requieren de conocimiento y planificación, lo que sin duda forma parte de una cultura industrial de seguridad”, comenta.

Al respecto, el especialista recuerda el caso de una empresa donde existía el riesgo de un incendio por polvo orgánico en suspensión. “A una semana de finalizar la instrucción de la brigada, ocurrió un incidente que fue suprimido en una rápida reacción de un integrante de esta, ya que el entrenamiento le permitió apagarlo en los primeros segundos de iniciado, evitando pérdidas humanas y materiales”, sostiene.

A juicio de Schrader, la diferencia del servicio brindado por Somital se encuentra en su innovación. “Los conceptos transmitidos por el entrenamiento, forman finalmente parte de la cultura de seguridad de una empresa, pues no solo es por el bienestar de la compañía, sino que representan la protección de la vida de cada uno de los trabajadores de la instalación”, finaliza el profesional.