Ricardo Jiménez.

Cada tres meses vemos, a través de la prensa y otras vías, como las empresas abiertas en Bolsa entregan sus estados financieros, tal como se los exige la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS). En ellos se busca informar claramente a los accionistas acerca de la situación de las finanzas, de los ingresos, los gastos y las utilidades de las principales compañías del país.

Sin embargo, hace mucho rato que distintos grupos de interés, entre los que se destacan la sociedad y los inversionistas, les están pidiendo a las empresas ir más allá en términos de información, ya que quieren, necesitan y demandan más detalles que no están directamente expuestos en los números de los estados financieros, pero que dan luces acerca de la sostenibilidad de las empresas en el tiempo. Son temas como el correcto pago de impuestos, buenos gobiernos corporativos, la preocupación por el medioambiente, los derechos humanos, condiciones laborales de seguridad y salud ocupacional, y otros. A medida que esto sucede, las empresas deben ir satisfaciendo esa necesidad. El éxito de una empresa va a ir dependiendo cada vez más de que se entienda que el enfoque en estos “nuevos” temas, asegura el éxito y la sostenibilidad de sus negocios en el tiempo.

Es una tendencia que se está desarrollando a nivel mundial. Los instrumentos relacionados a las memorias de sostenibilidad ya se han establecido en la mayoría de las economías más grandes del mundo. En todo el globo ha aumentado el número de reglamentos y otras iniciativas que requieren o alientan a las organizaciones a informar sobre su desempeño ambiental, social y de gobierno (ESG, por sus siglas en inglés).

Si bien es cierto que los instrumentos obligatorios (mandatos de los reguladores) son los que dominan, cabe destacar que los instrumentos que se toman de forma voluntaria también crecen, y fuertemente.

Asimismo, el nivel de actividad de las bolsas de valores y mercados financieros regulados ha sido muy relevante, siendo estos dos grupos responsables de la tercera parte de todos los instrumentos registrados en un estudio de KPMG, para reporte de materias ESG.

Casi un tercio de los instrumentos de información de materias de sostenibilidad (ESG), se aplican exclusivamente a las grandes empresas que cotizan, y de estos, alrededor de tres cuartas partes han sido introducidos por los reguladores de los mercados financieros y las bolsas de valores. Los dos tercios restantes son de aplicabilidad general a las empresas, o para otros tipos de organizaciones, tales como las de propiedad del Estado.

Esto tiene una explicación simple: los gobiernos y los reguladores absorben las demandas de la sociedad, y por ende, requieren cada vez más alentar a las empresas a revelar información respecto a su desempeño en sostenibilidad en sus informes anuales.

En esa línea, el estudio de KPMG muestra que ha habido un gran aumento en los instrumentos de conducción para la presentación de informes respecto a la información social. Se ha identificado un aumento considerable en el reporte de aspectos sociales; casi el doble de lo observado en el estudio anterior, de 2013.

Existe una tendencia en auge: desarrollar reportes de temas sobre los derechos humanos, la salud y la seguridad, las condiciones laborales y la capacitación. Los países europeos, a raíz de la declaración de planes de acción nacionales en esta materia, son los que más los llevan a cabo.

Otra tendencia es el aumento de la presentación de informes sobre pagos de impuestos. Esto, debido a la fuerte presión social de conocer si estas pagan la parte de tributos que les corresponden en los países en los que operan.

Los resultados del estudio de KPMG concluyen que a nivel global, la tasa de reporte en materias de sostenibilidad se ha ido estabilizando en alrededor del 90% para las 250 empresas más grandes del mundo, y en un cerca del 70% para las 100 empresas más grandes de cada país.

Este informe también concluye que, alrededor del 63% de las empresas que reportan temáticas de sostenibilidad llevan a cabo la verificación de estas informaciones por terceras partes independientes; siendo las grandes firmas de auditoría, como KPMG, quienes dominan en este tipo de servicios con un 70% del mercado, aproximadamente.

Todo lo anterior se ha empezado a entender en nuestro país, y ya hay diferentes organismos que desarrollan instrumentos que buscan alentar a las compañías, tanto públicas como privadas, en el desempeño sostenible (indicaciones del SEP para empresas públicas, las normativas 385/386 de la SVS), además del Índice de Sostenibilidad del Dow Jones (DJSI, por sus siglas en inglés). Con los anteriores ejemplos, más otros que se desarrollen en el corto o mediano plazo, se confirma la tendencia hacia una nueva forma de gestionar los negocios y de fomentar el compromiso directo y sincero con la rendición pública de cuentas.

El estudio de KPMG sobre reportes de sostenibilidad demuestra que en Chile la tasa de reporte sobre materias de sostenibilidad de las 100 empresas más grandes del país se ubica en el 80%, por encima de la media mundial. Del año 2013 a 2015, se ha logrado un aumento progresivo del número de empresas que han incorporado el reporte de temas no financieros, ya sea a través de reportes de sostenibilidad, reportes integrados o de sus sitios web.

Como ya vimos, Chile y sus empresas están avanzando en estos reportes, sin embargo, aún quedan importantes desafíos, como el avance en todo lo referente a los derechos humanos, condiciones laborales, planteamientos respecto a la integración y compromiso con la diversidad (inclusión de personas con discapacidad, equidad de género, inserción social), entre otros.