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Líneas de vida Seguridad en las alturas

La caída de trabajadores de altura es un accidente laboral, generalmente muy grave o fatal, que puede ocurrir en diferentes sectores productivos y en distintas circunstancias. En este artículo, revisamos algunas recomendaciones clave para lograr un trabajo seguro.

Trabajar desde 1,8 metros del suelo, significa trabajar en altura, instancia en que se incrementa el riesgo de caída, cuando el trabajador accede o se retira del puesto de trabajo, o bien cuando está realizando su tarea. Las situaciones de peligro pueden tener su origen en la falta de resistencia de la superficie de trabajo y/o en la inestabilidad de estructuras o plataformas. Asimismo, el trabajador puede estar expuesto a ser empujado por un objeto que se mueve, o a un tropiezo con cierto obstáculo o a un resbalón, que hace que ocurra la caída. La caída también puede producirse a un pozo o zanja que se ha cavado en el suelo.

Dada la gravedad de las consecuencias que tiene una caída para la integridad física y la salud del trabajador, es necesario que el empleador adopte las medidas de control del riesgo, ya sea en la fase de proyecto o diseño de los métodos de trabajo para excluir aquellas tareas o situaciones que tengan riesgo de caída, o bien, cuando esto no es posible, mediante el uso de protección colectiva. Si las medidas de control descritas anteriormente son inaplicables o insuficientes para la seguridad del trabajador, se debe recurrir al uso de un sistema personal para la detención de la caída.


Controlando el riesgo

En un área de trabajo deben evaluarse los posibles riesgos con el fin de eliminarlos o reducirlos. En el caso de los trabajos en altura, el riesgo de caída es inherente a la propia actividad, por lo que se debe recurrir a un sistema de protección. A la hora de escoger un sistema de protección, hay que tener en cuenta que existen diversos tipos de sistemas (andamios, redes, barandillas, pasarelas, aparatos elevadores de personal, sistemas anti-caídas, etc.), siendo cada uno de ellos idóneo para un tipo específico de tarea o actividad.

En cualquier caso, siempre se deben anteponer las medidas colectivas frente a las individuales, y en las ocasiones cuando esto no es posible, hay que recurrir a sistemas de protección individual como los sistemas anticaídas o líneas de vida. Para la utilización de estos sistemas, debemos orientarnos por la Norma Chilena 1258, la europea EN 795 y la guía de selección y control de equipos de protección personal para trabajos con riesgo de caídas, del ISP.

En particular, la EN 795 especifica requisitos, métodos de ensayo, instrucciones y marcado de los dispositivos de anclaje, destinados a ser utilizados con Equipos de Protección Individual contra las caídas de altura. En esta norma, hay que diferenciar entre:

EN 795 anclajes o líneas de anclajes o de vida.

EN 795 A1 anclajes únicos para superficies verticales, horizontales e inclinadas.

EN 795 A2 anclajes únicos para los tejados inclinados.

EN 795 B anclajes portátiles provisionales.

EN 795 C línea de vida horizontal flexible.

EN 795 D línea de vida horizontal rígida.

EN 795 E anclaje horizontal de peso muerto.

Es decir, la norma EN 795 regula los dispositivos de anclaje, anclajes únicos o líneas de anclaje o de vida.


Anclajes anti caída según EN 795

Clase A1: Son dispositivos de anclaje diseñados para ser fijados, mediante un anclaje estructural sobre superficies verticales, horizontales o inclinadas, tales como paredes, columnas, techos, tejados o cualquier sitio de una estructura. Su diseño debe permitir conectar un EPI contra caídas mediante el conector adecuado y compatible, de tal manera que no se pueda desconectar involuntariamente. El dispositivo de anclaje debe tener una resistencia superior a 10 KN en la dirección en la que se aplicará la fuerza en caso de caída (comprobada por ensayo sobre un modelo en laboratorio o por cálculo).

Se puede considerar que todos los puntos o dispositivos de anclaje, fijos o portátiles, tienen que estar diseñados para que una vez conectados a un Equipo de Protección Individual (no como requisito general) puedan ser desconectados involuntariamente.

Clase B: Existen diversos tipos de dispositivos de anclaje provisionales transportables según las aplicaciones, tales como el marco de la puerta, el de estructuras tubulares, el trípode, abrazadera de lazo (cuerda, cable, banda textil), el anclaje de viga, etc. Sus aplicaciones son en pozos y cubas, techos y falso techos, perfiles metálicos, limpieza de cristales, dispositivos para puertas. Se suele utilizar en los casos en los que se quiere evitar el impacto estético de un dispositivo de anclaje permanente.

Clase C: Se trata de una línea flexible, hecha con cable metálico o de fibras sintéticas, situada entre anclajes de extremidad fijados mediante un anclaje estructural. El EPP contra caídas (amarre con conector) se conecta directamente a la línea flexible o mediante un carro provisto de un punto de anclaje, utilizando para ello un conector adecuado y compatible. Según la longitud de la línea, puede ser necesario el uso de anclajes intermedios (soportes intermedios de dicha línea) para disminuir la tensión y flecha que experimenta el cable en una caída.

Su objetivo es asegurar a los operarios en los trabajos en altura con una gran libertad de circulación. Los requisitos principales que deben cumplir estos dispositivos son:

Ángulo < 15º respecto a la horizontal.

Todas las piezas y componentes deben resistir el doble del esfuerzo previsto (factor de seguridad 2).

Debe respetarse la altura mínima requerida libre de obstáculos.

El diseño de la línea debe ser tal que permita desplazarse por toda la zona de trabajo de forma que el operario recorra toda la línea estando conectado en todo momento. Puede ser:

Con uno o varios vanos.

Con o sin disparador de energía.

Unidireccionales o con cambios de dirección.

Circulares o ramificadas.

Para uno o varios operarios.

Clase D: Se trata de una línea rígida, hecha con un rail metálico (acero o aluminio), por la que desliza un carro. El EPI contra caídas se conecta a una línea rígida mediante un carro provisto de un punto de anclaje, utilizando para ello un conector adecuado y compatible. La línea debe disponer de topes en los extremos. El dispositivo de anclaje debe tener una resistencia superior a 10 KN en la dirección en la que se aplicará la fuerza en caso de caída (comprobada por ensayo sobre un modelo en laboratorio o por cálculo).

Clase E: Son dispositivos de anclaje de “peso muerto”, utilizables sobre superficies horizontales que retienen la caída gracias a su propio peso (inercia y rozamiento). Siendo clasificado como EPI, debe llevar el marcado CE y un folleto informativo del fabricante.

Los requisitos principales que deben cumplir estos dispositivos son:

Debe estar situado a una distancia superior a 2,5 m del borde (lugar de riesgo de caída).

La superficie donde se utilicen no deberá desviarse más de 5º de la horizontal. No se podrá emplear en caso de helada o riesgo de helada.


Artículo gentileza de Luis Ramírez Palma, Subgerente General de Macaya Rescate Anticaídas.
Octubre 2016
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Comentarios acerca de este artículo
Marco asesor independiente prevencion (21/10/2016)

Excelente articulo, muy didáctico.

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