El profesional da una serie de recomendaciones para evitar caer en manos de los ciberdelincuentes.
Actualice sus claves bancarias, utilice una que sea simple de recordar, pero no considere su nombre, el de su mascota, su cumpleaños o el clásico 1234. Tampoco las anote en ningún documento.
Nunca envíe contraseñas ni datos de tarjetas de crédito, cuentas bancarias o similares por e-mail. Ninguna entidad seria se los solicitará por ese medio. Y si recibe un correo que parece legítimo y requiere ese tipo de información, no envíe esos datos.
Cuando quiera ingresar al sitio web de su banco, digite la URL en el navegador, no la copie y pegue de algún e-mail.
No use la opción "guardar contraseña" en las pantallas iniciales de sitios de Internet.
Fíjese en los íconos de seguridad. Suele ser un candado en la barra del navegador o en que la URL comience con HTTPS.
Actualice periódicamente su antivirus y antispyware, así como los parches de seguridad de su(s) navegador(es).
Mientras más software tenga a su disposición (firewall, antivirus, antispam, detección de intrusos, etc.) menor será el riesgo al que se verá expuesto, pero nunca utilice software ilegal para protegerse.
Desconfíe de las aplicaciones que prometen mostrarle quiénes lo han eliminado de alguna red social.
Desconfíe de regalos, concursos o promociones fáciles de obtener, y no responda a mensajes que solicitan datos en forma urgente.
Desconfíe de los enlaces. Verifique el dominio al cual apunta un link antes de hacer click o enviar datos a un e-mail.