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El Gobierno alemán mantiene el objetivo de desconectar sus últimas tres plantas nucleares el 15 de abril próximo, tras haberse aprobado en 2022 una prórroga de tres meses y medio al calendario inicialmente previsto para el adiós a esa fuente de energía.
La ministra de Medioambiente, Steffi Lemke, ratificó en declaraciones al grupo mediático “Mediengruppe” que no habrá un nuevo aplazamiento o situación de reserva para dichas plantas, ya que el suministro energético está garantizado.
“Apostar por el desarrollo de las renovables será, a la larga, el mejor medio para garantizar una estabilidad de precios en el sector”, indicó.
Inicialmente el adiós a la energía nuclear debía haberse producido el 31 de diciembre de 2022, la fecha prevista para desactivar las últimas tres plantas.
Sin embargo, el gobierno tripartito del canciller Olaf Scholz entre socialdemócratas, verdes y liberales aprobó en octubre una prórroga para garantizar el suministro ante la crisis energética precipitada por la guerra en Ucrania.
La decisión fue adoptada personalmente por Scholz, visto que sus socios liberales y verdes no alcanzaban un acuerdo al respecto.
Para los Verdes, un partido para el que el apagón es una especie de señal de identidad, cualquier aplazamiento era difícil de encajar, mientras que los liberales de Lindner insistían en que debían quedar las tres plantas en funcionamiento o en reserva hasta 2024.
Las tres últimas plantas proporcionaban a finales de 2022 apenas un 6% del total del consumo eléctrico, pero se consideraban necesarias para la seguridad del suministro.
Desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania, Alemania aceleró la reducción de su dependencia energética respecto a Moscú hasta dejarla a mínimos.
A cambio ha tenido que reactivar varias explotaciones de carbón, aunque mantiene el objetivo de abandonar también esta fuente de energía entre 2030 y 2038.
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