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Un análisis de la empresa de investigación y consultoría energética Wood Mackenzie, revela que el precio de la energía solar se ha desplomado y ahora es la forma más barata de generación de electricidad nueva en muchos mercados, como Estados Unidos, España, Italia e India.
En 2020, la instalación de capacidad solar mundial superó los 115 gigavatios (GW) e incluso aunque los precios de los paneles solares subieron el año pasado, el coste de la energía solar consiguió bajar en 2021. Sin embargo, aunque la expansión de la energía solar ha ido en aumento de acuerdo con sus precios cada vez más competitivos, no ha sido lo suficientemente rápida para ajustarse a la trayectoria de crecimiento necesaria, para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París en 2015.
El doble golpe de la pandemia del Covid-19 y la invasión de Rusia en Ucrania han hecho tambalearse a la economía mundial, provocando que los mercados energéticos entren en una espiral de desorden y luchen por encontrar alternativas a las exportaciones rusas para mantener las luces encendidas y restablecer la seguridad energética. Muchos han puesto sus ojos en la energía solar para conseguirlo.
En Estados Unidos, la Ley de Reducción de la Inflación ha ofrecido enormes exenciones fiscales para el desarrollo de energías limpias y la inversión en energía solar ya se está disparando como respuesta. Aunque los incentivos y las inversiones están ahí, la revolución de las renovables se enfrenta a tres grandes obstáculos mientras sigue expandiéndose a una velocidad vertiginosa. Estos son:
1- El terreno, el mayor problema de la tecnología: El terreno puede ser el mayor de estos problemas. De acuerdo a la consultora McKinsey, “los parques solares y eólicos requieren al menos diez veces más espacio por unidad de energía que las centrales eléctricas de carbón o gas natural, incluyendo el terreno utilizado para producir y transportar los combustibles fósiles”.
2- La concesión de permisos es una pesadilla: Según McKinsey, la expansión también se ve obstaculizada por unas “directrices de desarrollo largas e imprevisibles” que escapan al control de los promotores. La concesión de permisos es una pesadilla, ya que la legislación cambia, a menudo en función de la indignación popular que surge en respuesta a los problemas de uso del suelo.
Como resultado, los permisos para parques solares y eólicos a escala de servicio público pueden tardar hasta diez años. Por ejemplo, en Estados Unidos, ya hay 31 estados que han aprobado ordenanzas que restringen la expansión de las renovables.
3- Las redes no son lo suficientemente inteligentes ni flexibles: El aumento de la congestión de la red supone una gran amenaza. La infraestructura de la red energética, en el caso, de Estados Unidos está envejeciendo y necesitará enormes inversiones en infraestructuras para ponerse al día. El sistema de red actual no es lo suficientemente inteligente ni flexible para gestionar la naturaleza dinámica y variable de la dependencia a gran escala de las energías renovables.
Aunque la rápida expansión de los proyectos solares y eólicos a escala de los servicios públicos es una necesidad que debería haberse producido hace mucho tiempo, para cumplir los objetivos climáticos hay que tener en cuenta algunos cuellos de botella importantes que requieren una importante labor política.
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