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Dinamarca presentó un grupo de estructuras formadas por conjuntos de turbinas eólicas que se colocarán en islas artificiales, generando así energía eléctrica. Este proyecto busca ser una alternativa sustentable, y a la vez acabar con la dependencia del gas ruso en Europa.
La iniciativa eólica, conocida comúnmente como “islas de energía”, había sido anunciada por el Gobierno de Dinamarca en 2020. Aunque originalmente estaba previsto terminarse en 2030, tras el inicio de la invasión de Rusia contra Ucrania, el gobierno danés anunció que buscará acelerar su culminación como una alternativa europea para el gas y petróleo rusos.
Dan Jørgensen, Ministro de Clima, Energía y Servicios Públicos de Dinamarca, aseguró que las islas energéticas son un “camino verde” para dejar de financiar con dinero europeo la guerra de Putin, dado que, en su criterio, el mar del Norte tiene un potencial de energía eólica suficiente para cubrir las necesidades energéticas de millones de hogares europeos.
Según datos oficiales, casi un 49% de la energía total que produce Dinamarca proviene de fuentes eólicas. Por otro lado, la Agencia Internacional de Energía (AIE) estima que cerca del 16% de la generación del país depende actualmente de Rusia (en 2016 era de un 34%).
De acuerdo con el plan, la primera parte del proyecto consiste en el establecimiento de una isla artificial en el mar del Norte que servirá como centro para parques eólicos marinos que suministren 3 GW de energía, con un potencial de expansión a largo plazo de 10 GW.
La otra isla, que será más pequeña, se colocará en el mar Báltico, en la isla de Bornholm, y se espera que produzcan 2 GW de energía.
En la actualidad, para producir 1 GW se necesitan aproximadamente 3.125 millones de paneles fotovoltaicos. Esa es la cantidad de energía que consumirían 110 millones de bombillos LED, según datos del Departamento de Energía de Estados Unidos.
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