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La Comisión Europea, sugirió este año que se deberá liberar dos tercios del gas que la Unión Europea (UE) importa desde Rusia. Dado que no será fácil encontrar alternativas, algunos expertos señalan a América Latina como una fuente importante de hidrógeno verde, que serviría para reemplazar al gas ruso.
Bajo ese contexto, nació el plan RePowerEU, cuyo objetivo es acabar totalmente con la dependencia de los combustibles fósiles importados de Rusia antes del año 2030. La diversificación del suministro de gas natural por gasoductos no rusos y la intensificación del biometano y el hidrógeno verde, también forman parte de la estrategia.
Actualmente, Estados Unidos, Noruega, Qatar, Azerbaiyán, Argelia, Egipto, Corea, Japón, Nigeria, Turquía e Israel están en la lista de suministradores alternativos a Rusia.
Según González Casares, Diputado del Parlamento Europeo, “no hay una propuesta que tenga que ver con América Latina, pero el hidrógeno verde puede ser producido en cualquier lugar del mundo, donde haya suficiente capacidad en renovables. Y América Latina tiene un potencial renovable muy importante, tanto en la hidráulica, en la eólica como en la solar”.
Sobre la propuesta de América Latina como fuente de hidrógeno verde, Patricio Lillo, Académico de Ingeniería de Minería de la Universidad Católica de Chile, explicó que “Europa tiene la necesidad estratégica de dejar de depender del gas ruso, lo que posiciona al hidrógeno como una alternativa complementaria. Si bien no es algo que vaya a ocurrir en el mediano plazo, en el futuro esta fuente de energía puede llegar a reemplazar parcialmente al gas”.
La guerra de Rusia contra Ucrania ha provocado un aumento en el precio de los combustibles fósiles, lo que posiblemente acelerará los planes de reemplazo de estas fuentes energéticas. Cabe recordar que antes de RePowerEU, siguiendo su estrategia del hidrógeno, la Comisión Europea ya planteó ideas para el desarrollo de Hidrógeno verde en Chile.
Esta iniciativa prevé inversiones en el sector, tanto para apoyar a la economía chilena en su proceso de descarbonización, como para crear oportunidades en empresas de Europa y Chile. Esto ayudaría a suplir la demanda europea de hidrógeno verde.
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