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Para nadie es una novedad que el cobre es el principal recurso natural explotado en el país, pero sí es una primicia que un proyecto regional intente dar una respuesta a la necesidad de innovar y entregar valor agregado a este producto y, a su vez, formar estudiantes y futuros profesionales que innovan en el área.
El Dr. Danny Guzmán, es académico de la Universidad de Atacama y se planteó el desafío junto a su equipo de trabajo de lograr el “Desarrollo de Nuevas Aleaciones Cobre-Molibdeno”. Su aporte es lograr la diversificación de la matriz productiva regional, lo que permitirá además un desarrollo sustentable, comentó el académico.
En la Región de Atacama, el sector minero aporta sobre el 35% al Producto Interno Bruto (PIB). Por otra parte, la contribución de la industria manufacturera solo bordea el 1,4%. Esta dependencia de la economía regional respecto al desempeño del sector minero es compleja, debido a que la hace muy susceptible a las variaciones internacionales de los precios de los metales, explicó el Dr. Guzmán. Es por esta razón, que se hace imprescindible avanzar en temas de diversificación económica, específicamente en bienes y servicio con un alto valor agregado, donde la investigación científica y generación de conocimiento cobran relevancia. Es en esta dinámica que se inserta el presente proyecto FIC-R, expresó el académico en la ceremonia de lanzamiento.
“Desde hace varios años estamos trabajando para ser un aporte a la región y el país. Tenemos los especialistas y el equipamiento necesario para poder resolver problemáticas del sector industrial que necesiten investigación aplicada. Adicionalmente, participamos activamente en la formación capital humano especializado de la región y para la región”, detalló el experto.
“El primer reto es obtener polvos de cobre con una pureza superior al 85% a partir de minerales oxidados provenientes de pequeños productores locales. Esperamos que este polvo de cobre pueda ser utilizado en materiales para contacto eléctrico, cuya manufactura constituye el segundo desafío que pretendemos abordar con esta iniciativa”, explicó el Dr. Guzmán.
Al respecto, el director de Innovación, Desarrollo y Transferencia de la Universidad de Atacama, Tomás Santibáñez, destacó el nivel de producción científica que han demostrado en los últimos años el equipo a cargo del proyecto y también comentó sobre el trabajo de patentes que pronto se ingresarán a trámite, lo que espera llegarán a buen puerto, adelantó.
Por su parte, la Dra. Lilian Navea, Directora de Postgrado de la Universidad de Atacama, manifestó su alegría por el aporte que hará el proyecto. “Es muy importante para la región y la formación de capital humano avanzado local. Esto es justamente el trabajo que hacemos como universidad. La iniciativa demostrará que es factible dar valor agregado a nuestros recursos naturales mediante investigación aplicada”, expresó.
El proyecto tiene una duración de dos años, y cuenta con un presupuesto global de 327 millones de pesos, de los cuales 150 millones son aportados por el Fondo de Innovación para la competitividad FIC – R del Gobierno Regional de Atacama.
El equipo de trabajo está formado por un grupo multidisciplinario, entre técnicos, profesionales, estudiantes y científicos de la Universidad de Atacama, con conocimientos en el procesamiento de Minerales, Lixiviación, Electroquímica y Ciencia de Materiales.
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