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Hace años que el cobre viene perdiendo una participación importante en el mercado de los circuitos electrónicos de gama alta, por la cada vez mayor pequeñez y densidad de los chips que interconectan. De esta manera, ha cedido terreno a la plata por ser un metal mucho más estable en relación a la oxidación. Eso hasta ahora, ya que un equipo multidisciplinario del laboratorio nacional Aintech, liderado por Tomás Houdely, su fundador, decidió indagar en el mundo de la nanociencia con aplicaciones para electrónica y buscar una solución innovadora para reposicionar el uso del cobre en esta industria.
Fue así como, tras meses de investigación, la empresa logró crear las primeras nanopartículas de cobre del mundo que son realmente estables en su estado metálico: con excelentes propiedades electrónicas y térmicas; estas nanopartículas se mantienen sin óxido y no dañan el circuito, presentando una alternativa equivalente y mucho menos costosa que la plata en el mercado.
“Hoy volvemos a insertar al cobre chileno en el segmento de los circuitos electrónicos avanzados en el mundo y generamos un impacto muy beneficioso. Esta innovación reduce considerablemente los costos, lo que a futuro se traduce en una penetración de artículos electrónicos avanzados mucho mayor en el mercado”, explica Tomás Houdely.
El impacto que generaría este cambio en la estructura de costos de la fabricación de dispositivos electrónicos es muy alto, significando incluso que la tecnología podría democratizarse, llegando hacia segmentos de ingresos menores.
En la actualidad, la ambición del laboratorio hoy es el reemplazo paulatino de la plata por estas nanopartículas de cobre chileno estables. Es por esta razón que, en marzo pasado, expusieron esta innovación en Nano Tech 2020, la feria más importante de nanotecnología del mundo, celebrada en Japón.
Siendo la única empresa chilena con presencia en la feria, su stand atrajo a múltiples empresas internacionales, como, por ejemplo, el grupo corporativo Mitsui. Así, fueron los que más rentabilizaron su metro cuadrado en todo Nano Tech, demostrando que el talento, así como el cobre chileno, son de exportación.
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