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Incertidumbre mundial y mucha volatilidad en distintos mercados son algunos de los efectos económicos inmediatos que ha generado la pandemia del Covid-19, acrecentado por la inexistencia de una solución sanitaria definitiva.
En situaciones de este tipo, y replicando lo acontecido en la crisis Subprime, los inversionistas suelen buscar refugio en industrias estables y con visión de largo plazo, las que en definitiva resultan menos afectadas en lo inmediato.
Y en dicho aspecto, los proyectos energéticos están entre los más solicitados, puesto que se desarrollan en entornos muy regulados y con una visión largoplacista. Así lo demuestran estudios recientes, que ubican a la industria energética como una de las menos afectadas[i].
Víctor Opazo Carvallo, CEO de Solek Chile, afirma que “particularmente los proyectos ligados a energías renovables ofrecen una estabilidad extremadamente favorable, dado que al menos en nuestro país, esta situación los sorprende en un momento de crecimiento histórico, e impulsados por una política fuertemente orientada hacia la descarbonización”.
De manera adicional a las características anteriormente descritas, los proyectos de ERNC emergen como posibles fuentes de generación de empleo regional y descentralizado, considerando la creciente cantidad de parques solares que se ubican cerca de grandes ciudades, ofreciendo una diversificación de la actividad económica para dichas zonas.
El ejecutivo de Solek agrega que “si bien en épocas como esta no es fácil determinar el tiempo exacto que pueden perdurar en el mercado los efectos de la pandemia, es importante seguir apuntando en la dirección correcta, desarrollando proyectos de energía que no solamente entregan un interesante refugio para los inversionistas, sino que también ofrecen oportunidades futuras a millones de consumidores, que verán con los años una matriz mucho más diversificada, traduciéndose en una mayor competitividad del sector”.
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