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Después de un marzo de 2019 para el olvido en términos energéticos, debido a los constantes y prolongados apagones que sufrió el Sistema Eléctrico Nacional de Venezuela, la situación parece no haber cambiado mucho. O peor: cambió, pero para mal, ya que los incidentes registrados el año pasado dejaron la red en un inquietante estado de debilidad, según informan ingenieros eléctricos que alertan sobre la incapacidad de hacer frente a una mayor demanda, esta vez a causa del coronavirus.
El ingeniero José Aguilar, consultor internacional experto en la materia, sostuvo que el sistema “no aguanta que la demanda crezca una pizca más”, menos si un sistema de salud, de por sí saturado, exige más energía para hacer frente a la pandemia, mucho menos para traer de vuelta a una parte de la diáspora venezolana, como desea al Presidente Nicolás Maduro.
“Por cada 100.000 habitantes que vuelvan al país se requerirían por lo menos 170 MV más, aunque el consumo es modulado y depende de la zona donde vayan a vivir”, señaló el experto al diario Crónica Uno al referirse a la exhortación de Nicolás Maduro para repatriar venezolanos. “Esto sería una incongruencia energética y también una imprudencia sanitaria; una carga más para un sistema de salud inoperante”, agregó.
“¿De dónde saldría el combustible diésel o gas para cubrir ese requerimiento adicional de potencia? ¿De las termoeléctricas? Ya la hidroelectricidad en el Simón Bolívar-Guri, aunque disponible, no tiene por dónde sacar esa energía con la seguridad necesaria, debido a las limitaciones del Sistema de Transmisión derivadas de los daños ocasionados por su mala operación, en especial por los severos daños que sufrió en el incendio de marzo de 2019”.
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