 |
|
|
Convertir buses diésel a eléctricos, esa es la tecnología que desarrolló la Reborn Electric, lo que le valió el Premio Nacional de Innovación 2019 en la Categoría Energía Empresas Eléctricas. De esta manera se busca conservar la carrocería y el chasis del vehículo, pero remueven el motor, el estanque de combustible y los reemplazan por un sistema de tracción eléctrico. Con esto se obtiene un bus eléctrico a una fracción del costo, y sin generar residuos ni chatarra.
“Un kilómetro recorrido en un bus trasformado a eléctrico cuesta un cuarto del valor de ese mismo kilómetro en un bus diésel”, indicó Ricardo Repenning, Gerente de Tecnología de Reborn Electric. “Importar un bus eléctrico cuesta más del doble que convertir uno de manera local”.
En el caso del Transantiago, este ahorro, podría traspasarse a los usuarios. “Si se electrificara toda la flota a través de una renovación completa y certificación funcional para extender su vida útil por ocho años, se podría bajar la tarifa del transporte público en hora punta de $800 a $710. Esto ya que se reduce el costo de inversión y de operación simultáneamente”, señaló Repenning.
El proceso de conversión de los buses tarda solo dos semanas y es vista como una posibilidad muy interesante para apoyar la transición hacia la electromovilidad. Para corroborar la seguridad de la solución, el chasis del bus original se prueba en su integridad estructural con el apoyo del Dictuc. Todas las componentes nuevas cumplen con los más estrictos estándares internacionales, y la seguridad eléctrica de la solución se diseña y prueba de acuerdo a normas ISO.
Actualmente Reborn Electric está trabajando para llevar este mismo concepto a la minería, construyendo así la primera fábrica de buses eléctricos en Rancagua. El objetivo es que el cobre chileno tenga un valor agregado en su génesis, para caminar hacia la meta de ser extraído 100% mediante energía renovable.
El funcionamiento del bus que Reborn Electric desarrolló para Transantiago fue validado técnicamente, tanto desde el punto de vista técnico como de seguridad por el Ministerio de Transportes a través del Centro de Control y Certificación vehicular en abril de 2019. Dicha aprobación recomendaba el inicio de un plan piloto en las calles de Santiago, el que lamentablemente a la fecha aún no ha sido autorizado por dicho Ministerio pese a las presentaciones realizadas.
“Esperamos contar con un mayor apoyo por parte del Ministerio de Transportes a emprendimientos chilenos que buscan ofrecer soluciones limpias y económicas para el transporte. Solo así podremos llevar a Chile a agregar valor local a nuestro cobre y litio, y desarrollar tecnología que permita mejorar las condiciones laborales del país”, finalizó Repenning.
|
