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El ámbito de la energía también es un campo donde las desigualdades se manifiestan con particular dureza. Podemos ver los costos y dificultades que esto tiene para familias y comunidades que residen en zonas muy apartadas y remotas, o en asentamientos irregulares cerca de las mismas ciudades. Pero la desigualdad energética nacional también tiene una dimensión de género, según afirmó, mediante una carta, el Presidente Ejecutivo de Generadoras de Chile AG, Claudio Seebach, quien alertó de la posición desventajosa que tienen muchas mujeres en la siempre compleja relación que los seres humanos tenemos con la energía.
“Cuando pensamos en las inequidades de género, lo primero que se nos viene a la cabeza son las diferencias salariales o la escasa presencia de mujeres en puestos de poder. Pero también se expresan en otros ámbitos, como la energía, y el desigual acceso a servicios energéticos asequibles y no contaminantes”, señaló el dirigente gremial.
Uno de los aspectos menos abordados es el riesgo a la salud que implica permanecer gran parte del tiempo realizando labores domésticas. “Producto de la baja eficiencia energética de las viviendas, las mujeres viven bajo menores temperaturas durante el invierno. Según un estudio de la Red de Pobreza Energética, las personas más vulnerables viven hasta 4,5 °C bajo la temperatura de confort durante el invierno, lo que conlleva mayores enfermedades respiratorias y cardiovasculares, en particular, afectando a niños y adultos mayores, típicamente al cuidado de mujeres”. Asimismo, Seebach aludió a la contaminación intradomiciliaria que se produce en muchos hogares que funcionan con leña a falta de otras fuentes más limpias.
“Avanzar hacia la reducción de la pobreza energética requiere de soluciones que deben ser abordadas desde una perspectiva de género y cambio cultural. Por ello, cuando desde el sector de la energía eléctrica buscamos liderar la transición energética, implica no solo alcanzar la carbono neutralidad para el combate al cambio climático, sino también abordar los desafíos de desigualdad, apuntando a un acceso equitativo a los beneficios de la energía eléctrica, contribuyendo a la construcción de un país donde la pobreza energética deje de tener cara de mujer”, agregó.
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