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Investigadores y científicos de todo el mundo buscan la manera ex extender la capacidad de almacenamiento y la vida útil de una batería para conservar los excedentes que produzcan fuentes renovables como la solar y eólica, convirtiéndose así en el dispositivo clave que falta desarrollar a efectos de prescindir definitivamente de fuentes de generación eléctrica que, si bien son muy contaminantes, tienen la ventaja de no ser intermitentes.
Pero el trabajo de miles de científicos obtendría sus frutos luego de que un grupo de investigadores de las universidades británicas de Cambridge y el Imperial College London, de la Chalmers University of Technology (Suecia), la Tongji University (China) y la Seoul National University (Corea del Sur), pudiesen desarrollar, según la revista Nature, un nuevo método de resonancia magnética nuclear para visualizar -en tiempo real- el funcionamiento, descomposición y la autodescarga de una batería de flujo redox, que es aquella batería capaz de almacenar y convertir megavatios/hora de energía eléctrica en energía química de manera reversible.
“Es importante crear baterías sostenibles con componentes orgánicos procedentes de la naturaleza, que son más baratas y menos tóxicas que las que emplean materiales como el vanadio. Pero la principal dificultad que presentan es su corta vida y por eso es necesario conocer cómo funcionan a nivel molecular para poder mejorar su eficiencia”, explicó Javier Carretero González, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en el Instituto de Ciencia y Tecnología de Polímeros.
¿En qué consiste este nuevo método de visualización? Consiste en aplicar la resonancia magnética nuclear para observar cómo opera la batería mientras funciona. “Hemos descubierto que el voltaje al que tiene lugar la carga de la batería es determinante para controlar cómo funciona y que un ajuste de este parámetro y de la estructura química de los compuestos orgánicos permitiría alargar la vida útil de estas baterías sostenibles, así como aumentar la cantidad de energía almacenada”, señaló el experto del CSIC.
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