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El consumo de agua de mar desalinizada aumentará en la minería en un 156% hacia 2030 respecto de 2019, llegando a 11 m3/seg, mientras el uso de agua continental disminuiría en un 6%. La desalinización exigirá una mayor demanda de energía, por lo que jugará un alto grado de gravitación en el consumo eléctrico de la industria, que pasará de 23,6 TWh en 2019 a 33,1 TWh en el año 2030, lo que representa un crecimiento de 41%.
Estas son algunas de las principales conclusiones que arrojan los informes sobre proyección del consumo de agua y energía eléctrica en la minería del cobre 2019-2030, documentos que fueron elaborados por Cochilco y la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez.
Sobre las proyecciones del consumo eléctrico con miras a 2030, la analista de Cochilco Rosana Brantes, quien expuso los resultados del informe del consumo de energía eléctrica en la minería del cobre 2019-2030, señaló que “esta alza se debe principalmente, a causas estructurales como el agotamiento de los minerales lixiviables y por el mayor tratamiento de concentrados lo que requerirá el uso de más agua. También al envejecimiento de las minas, la caída en las leyes minerales, lo implica mayor mineral a procesar y consecuentemente un mayor uso de electricidad en la molienda y conminución en el proceso de concentración”, explicó.
En lo que respecta al agua, en las regiones más afectadas por la sequía la desalinización asoma como la solución para enfrentar esta crisis, como la ciudad de Antofagasta, donde el agua de mar representará el 65% del agua utilizada para la minería del cobre hacia el 2030, mientras que en Tarapacá será el 60%, en Atacama el 42% y en Coquimbo el 25%.
El Vicepresidente Ejecutivo de Cochilco, Marco Riveros, destacó la importancia del trabajo técnico que realiza la Comisión ya que contribuye a generar análisis sobre temas relevantes de la minería y a promover la discusión para que los agentes del sector tomen decisiones con la mayor y mejor información disponible, mientras que el Vicedecano de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez, Eduardo Moreno, señaló que “este tipo de informes van en la línea que nosotros como Facultad queremos liderar: la construcción de un mundo sostenible, a través de la innovación y la creación de un ecosistema virtuoso”.
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