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Hay dos elementos que no podemos excluir en ninguna planificación empresarial, no al menos de cara al cambio climático, el principal desafío que enfrenta la humanidad en este siglo XXI. Así las cosas, el uso eficiente de la energía y la gestión responsable del agua asoman como dos factores clave en la ecuación de cualquier modelo de negocio que pretenda alcanzar el éxito.
Hay una experiencia en Chile que integra ambos manejos. Se trata de Viña Cono Sur, en Chimbarongo, empresa que produce vinos Premium con semillas orgánicas (sin intervención genética) y que ha implementado todo un sistema de manejo sustentable de su proceso productivo, al punto que ya instaló un biodigestor y un sistema de compostaje para nutrir la tierra donde la vid echa sus raíces. Viña Cono Sur es una de las empresas más reconocidas del país en términos medioambientales.
Pero la productora de mostos de exportación no se conformó sólo con eso: a sabiendas de que la sustentabilidad del proceso será fundamental para la reputación de la marca en los más exigentes mercados internacionales, ahí donde los consumidores tienen elevados niveles de conciencia ambiental, la empresa encargó el diseño de una solución para el riego tecnificado de sus cultivos.
Viña Cono Sur consiguió la solución en virtud de un trabajo conjunto que empezó a desarrollar en 2015 con la empresa trasnacional suiza ABB e Hydroscada, una empresa chilena que se especializa en la eficiencia energética para el sector agroindustrial. La primera, en tanto, aportó el variador de frecuencia de última generación, dispositivo digital que permite regular el riego y ajustar su funcionamiento dependiendo de la estación del año y la hora del día a efectos de hacer más eficiente el suministro hídrico de todo el proceso.
De esta manera, el Product Manager de variadores de frecuencia en ABB, Luis Acuña, destacó la eficiencia de este componente electrónico “que permite controlar un motor eléctrico de corriente alterna por medio de la frecuencia de alimentación suministrada al motor”.
Acuña agregó que un variador de frecuencia -señalado a menudo como una especie de variador de velocidad- controla el motor eléctrico alimentándolo con voltajes trifásicos, y son usados para tres funciones específicas, según Acuña. “Hay variadores de velocidad, que se usan para el control de caudales, por poner un ejemplo; de torque, que es lo que se usa para correa transportadoras que necesitan cierta fuerza en todo momento; y de posición, que se usan para ascensores, grúas y escaleras mecánicas”.
De esta manera, y gracias al variador de frecuencia de ABB, Viña Cono Sur ha logrado “optimizar el proceso productivo y reducir costos ya que energéticamente es más eficiente. La automatización del sistema desestresa los componentes, facilitando así la mantención de todo el sistema. En Chile nos especializamos en minería, pero también producimos frutas de exportación como manzanas, y un variador de frecuencia permite, por poner un ejemplo, aumentar la velocidad en una correa transportadora de manzanas”.
“Lo más interesante es que Viña Cono Sur dice que ha recuperado la inversión en 1,2 años, es decir, 14 meses. Para cualquier empresa recuperar una inversión en ese tiempo viabiliza la inversión de estos sistemas”, señaló el Product Manager LV de ABB.
“Después es sólo ahorro. Pensemos que hay que hacer mantención cada tres años, cambiando el ventilador cada 6 años y los condensadores cada 9. Veremos que el variador de frecuencia puede entonces operar por 18 o 20 años”, agregó Acuña, quien destacó la existencia de 10 familias de variadores de frecuencia en ABB, lo que permite adaptar las soluciones disponibles en la compañía a cada negocio de cada industria en específico.
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