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El consumo de gas licuado es esencial para las actividades cotidianas de los hogares más vulnerables del país. En el año 2018, el sector residencial nacional, en su conjunto, consumió 50.763 GWh, según el “Segundo Estudio de Consumo Energético Residencial: Usos de Energía de los Hogares de Chile 2018”, siendo el gas licuado (GL) la segunda energía más utilizada por los chilenos, solo superado por la leña, la que genera alto niveles de contaminación.
En cuanto a los usos cotidianos en el domicilio a nivel masivo, el 84% de los hogares utiliza un artefacto cocina a GL y un 78,3% genera agua caliente sanitaria (ACS) con la misma energía.
El GLP es un energético muy importante para los estratos socio económicos más vulnerables. Su consumo para la generación de ASC representa el 86,3% en el nivel C3 y el 84,1% en los D y E.
Según el estudio, la preferencia del GL se refleja en la evaluación de calidad de servicio de compañías distribuidoras, donde las empresas de gas licuado obtienen un 78% de satisfacción, versus un 71,2% de las eléctricas y un 67,6% de las de gas natural. Por nivel socio económico, el nivel C3 muestra un 78% de satisfacción ante las empresas distribuidoras de GLP mientras que los segmentos D y E, un 81%, la cifra más alta registrada en percepción de calidad.
Para el Gerente Comercial de Abastible, Felipe Celis, quien fue parte del panel de discusión del lanzamiento del informe, “estas cifras evidencian el rol fundamental que cumple el gas licuado en el país debido a su eficiencia y accesibilidad en precio y disposición territorial; porque a través de su red de distribuidores penetra hasta las zonas más aisladas y se convierte en parte de las comunidades, con el fin de aportar en la calidad de vida de las personas, disminuyendo la brecha de desigualdad energética”.
“En las zonas rurales, por ejemplo, el GL permite generar agua caliente sanitaria al 81,8% de la población, según lo determina el estudio”, agregó.
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