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"En cualquier problema, siempre buscaré cómo la innovación tecnológica puede resolverlo. Eso es lo que me gusta y para lo que soy bueno", dijo el multimillonario Bill Gates al referirse a su última idea: persistir en la creación de una fuente de energía abundante, barata, ambientalmente amigable y segura. Lo curioso es que la fuente escogida genera mucha preocupación en grupos ambientalistas, toda vez que el propietario de Microsoft, uno de los cinco hombres más ricos del planeta.
Bill Gates se refirió al tema en un documental disponible en Netflix, oportunidad en la que recordó la fundación de la empresa TerraPower para financiar estudios orientados a desarrollar la energía nuclear en base a uranio reducido, a diferencia de lo que ocurre hoy en día, puesto que la energía se obtiene gracias al enriquecimiento del uranio, proceso que también se emplea para la generación de armas. Poco le importó lo ocurrido en centrales como Chernóbil (1986) y Fukushima (2011). El problema, dijo, es que las plantas existentes están mal diseñadas.
“Lo difícil de la energía nuclear es asegurar que, cueste lo que cueste, esos materiales nucleares (desechos) no salgan”, apunta el empresario.“No ha habido innovación en 25 años”, por lo que plantas como Fukushima fueron construidas con conceptos de la década de 1970, mientras que Chernóbil con base en diseños de mediados del siglo XX.
La idea es poner a prueba la idea de un “reactor de onda de propagación” con uranio reducido. "Funciona como una vela que arde lentamente ynecesita reabastecerse una vez cada década", señaló. El combustible, aclaró el filántropo, sería obtenido de los desechos de plantas nucleares que ya existen. Sólo en Kentucky hay almacenados tantos residuos que proveerán de energía a EE.UU. por 125 años.
“Las fuentes de generación primaria, que son el carbón, el gas natural y la gasolina líquida, al quemarlas liberan dióxido de carbono en el aire, que claramente causa calentamiento”, señaló Gates.
“Es muy importante comenzar a desplegar una solución limpia, y debe hacerse extraordinariamente rápido”, agrega, advirtiendo que “suele tomar 50 años” para revolucionar un campo tan establecido como la producción energética.
“Es el tipo de innovación que quizás no se llevará a cabo si no intervengo. Precisa de cientos de millones de dólares, convocar a cientos de científicos... No lo haría si no fuera por el cambio climático”, dice Gates, quien reconoció que la guerra comercial de Estados Unidos con China retrasó sus planes, toda vez que el proyecto incluía como partner al gobierno de esa potencia asiática.
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