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| Erwin Plett, Jerson Reyes, jefe de la Unidad de Innovación, Investigación y Desarrollo de la Comisión Nacional de Energía; Arturo Gana, Presidente del Colegio de Ingenieros de Chile A.G., junto a Ernesto Huber, Gerente operaciones Coordinador Eléctrico Nacional; Juan Guillermo Espinoza y Raúl Álvarez, miembros de la entidad gremial. |
Tras un mes de ponencias multisectoriales -ocho sesiones, seiscientos asistentes, treinta y dos expertos- se abordaron al cierre del Mes de la Energía las temáticas de descarbonización de la matriz energética, desafíos y oportunidades de Chile como exportador de energía verde no eléctrica, hidroelectricidad y la identificación de cuencas y potencialidades, masificación de la geotermia de alta y baja entalpía y mega tendencias en energía para Chile y el mundo.
“Como Comisión de Energía queremos una matriz energética diversificada, resiliente, flexible, segura, con el mínimo impacto ambiental posible”, señala Raúl Álvarez, Presidente de la Comisión de Energía del Colegio de Ingenieros de Chile A.G.
Claudio Seebach, Presidente Ejecutivo Generadoras de Chile, analizó la descarbonización de la matriz energética, no sólo de la generación eléctrica, señalando que “el plan de retiro de las centrales a carbón es concreto, pero adaptativo cada cinco años. La electricidad es el energético que más rápido va a dejar de tener emisiones. Sólo el 22% de la energía que consumimos hoy es electricidad y el futuro del trasporte será eléctrico”.
También se refirió a la contaminación del aire como la principal problemática medioambiental de Chile, que además tiene una deuda de equidad energética. Asimismo, sabemos que el petróleo, el carbón y el gas natural siguen dominando la matriz energética, lo que se traduce en emisiones de gases de efecto invernadero, GEI. Después del transporte, la minería es hoy la principal fuente de GEI. “Con el actual ritmo de emisiones el planeta se habrá calentado en 4°C al 2100. El desafío es limitar el alza de temperatura en el planeta dentro de los 1,5° C. Debemos terminar con las emisiones netas, convertirlas en negativas capturando carbono, no más allá del 2050”, indica Seebach.
Los pilares para alcanzar la carbono-neutralidad pasan por la electricidad renovable: a marzo del 2019, el 91% de los proyectos nuevos son ER y el 75% de la generación eléctrica podría ser renovable al 2030. “El gran desafío del sistema es la variabilidad de las ER, solar FV y eólica, donde las energías renovables enfrentan desafíos de la sostenibilidad, localización, transmisión, comunidades, derechos de pueblos indígenas y descentralización”, sostiene.
Juan Pablo Zúñiga, Director Ejecutivo de la Asociación Chilena de Hidrógeno, abordó los desafíos y oportunidades de Chile como exportador de energía verde no eléctrica, que busca acelerar la transición energética mediante el hidrógeno como vector energético. El hidrógeno verde es un elemento químico, que se genera por electrólisis de agua a partir de electricidad renovable y posteriormente permite -a través de síntesis- convertir esa energía eléctrica limpia en energía química de moléculas como metano, metanol, bencina o amoniaco. Estas últimas moléculas permiten guardar esa energía renovable variable, por ejemplo, de plantas fotovoltaicas o eólicas en combustibles fáciles de almacenar por mucho tiempo, usarla en vehículos, e incluso exportarla a gran escala.
El hidrógeno es el gas más liviano de todos y tiene mucha energía en términos gravimétricos. En el mundo se producen 70 millones de toneladas anuales de hidrógeno, pero la mayor parte es a partir de gas natural, lo que se considera hidrógeno negro por sus altas emisiones de CO2.
“Las oportunidades para Chile en hidrógeno verde son en movilidad, descarbonizar la matriz de gas natural inyectando hidrógeno, la industria química que puede tener un insumo bajo en emisiones, que permite abrir una gama de opciones a la industria de fertilizantes, utilizando el potencial renovable que el país tiene”, señala Zúñiga.
En relación al costo de producción del hidrógeno en el mundo, Chile tiene comparativamente un costo bajo de producción de hidrógeno verde, mediante ER, incluso uno de los menores del mundo, del orden de menos de dos dólares por kilo. “Podríamos exportar hidrógeno a Japón, Corea, China, países que quieren ser líderes en este mercado”, sostiene.
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