Una fuerte inclinación hacia la energía verde es la principal conclusión del estudio “Point of view: Energía en Chile”, desarrollado por la unidad de M&A de Deloitte, el cual destaca como hitos relevantes que los activos de ERNC reunieron el 65.4% del total de fusiones y adquisiciones del país, además que las tres principales ofertas de generación de M&A representaron el 74.5% de la capacidad total vendida durante el período.
El aumento de las inversiones y la serie de reformas estructurales impulsadas por la autoridad son los principales factores detectados como los impulsores de esta tendencia, la cual se posiciona como un modelo a seguir para otros países del mundo.
En cuanto a inversiones totales en Chile, al 17 de diciembre del 2017 se ejecutaron 88 proyectos en construcción que totalizan 3,140 MW, de las cuales un 51% provenían de diversos tipos de actores no tradicionales. Del total, un 54% de los proyectos eran ERNC, 34% energías renovables y un 15% no renovables, representando en conjunto USDm 22,798 en inversión, cifra que es menor a la registrada durante el 2016, de USDm 30,994, año récord en cuanto a volumen de inversión de proyectos.
“Sin lugar a dudas la industria energética es uno de los grandes animadores de la actividad de M&A tanto en Chile como en la región, pues en los últimos años hemos estado prestando recurrentemente servicios a múltiples clientes con gran interés en comprar o vender activos energéticos. Nuestras expectativas son muy optimistas para los próximos años, pues percibimos que el volumen de transacciones de esta industria se mantendrá o incluso podría aumentar”, indicó Pedro Castelló, socio de M&A en Deloitte.
Con respecto a las energías renovables no convencionales, compuestas por plantas de energía solar, eólica, mareomotriz, biomasa, biogás y mini hidro (menos de 20 MW), éstas representan un 19% de la capacidad instalada total en Chile, mientras que un 27% está compuesta por energía renovable convencional.
Durante la última década, las ERNC redujeron sus costos de operación hasta el punto de que la energía solar y eólica es más barata que los combustibles fósiles, lo que obligó a los sistemas eléctricos a adaptarse al nuevo entorno energético.
En cuanto a tecnologías y protagonistas involucrados, si bien todavía hay margen entre la generación nacional, el desarrollo de las ERNC ha sido fomentado por la institucionalidad y está dirigido por generadores que no son los jugadores clave de la energía convencional.
Cabe destacar que estos datos van en la línea con la hoja de ruta que Chile estableció a largo plazo llamada Energía 2050, la cual tiene por objetivo aumentar el uso de energías renovables y reducir el precio promedio de la electricidad. Para el año 2035, las fuentes renovables deberían representar el 60% de la generación total de energía y el 70% para 2050.
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