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Electricité de France (EDF) aprobó el proyecto de construcción de una central nuclear de 3.200 megavatios (MW) de potencia en Hinkley Point, al sudeste de Inglaterra.
EDF posee el 66,5% de la sociedad promotora de la planta, mientras que el 33,5% restante es de China General Nuclear Corporation (CGN). El grupo galo no descarta incorporar otros socios para compartir la inversión necesaria en el proyecto, que asciende a 20.600 millones de euros.
La inversión que supone esta obra ha provocado una fuerte discusión en la propia EDF. Thomas Piquemal dimitió como director financiero de la firma el pasado mes de marzo al entender que desarrollar Hinkley Point puede poner en peligro la solvencia de la compañía. Lo propio ha hecho el consejero Gerard Magnin.
Para asegurar la inversión, el Gobierno británico está dispuesto a garantizar un precio atractivo a la electricidad que genere la planta nuclear, y además podría avalar hasta 10.000 millones de libras de la deuda que EDF y CGN capten para financiar la nueva instalación.
La planta empezaría a funcionar en 2025 y EDF calcula que podría suministrar energía suficiente para seis millones de hogares británicos.
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