¿Cómo evalúa el desarrollo de la industria electrónica local durante los últimos años?
Es evidente que existe un mayor dinamismo, desde hace una década aproximadamente. Sin embargo, este crecimiento es lento comparado con el desarrollo logrado durante los últimos años en países de la Región como Argentina, Brasil y Uruguay.

Nuestros vecinos nos pasan por delante en cuanto a desarrollo electrónico…
Así es. Brasil, con altos de volúmenes de producción; Argentina entrando con buenos productos a nichos específicos; y Uruguay, que se está convirtiendo en la Silicon Valley del software, título que habría pertenecido a Chile de haber existido en su momento políticas correctas de incentivo al sector.

A pesar de los inconvenientes, ¿ha crecido la industria electrónica nacional?
Efectivamente. Ha crecido en forma sostenida y, en ese sentido, han sido notables los esfuerzos de las compañías por adoptar estándares mundiales de diseño y fabricación (IPC, IEC, RoHS, etc.).

Por otra parte, mejoras en la gestión y una progresiva confianza del mercado en las empresas nacionales han confabulado positivamente para fortalecer el crecimiento de nuestro sector.

¿En qué áreas se destaca la industria electrónica chilena?
En productos de nicho y aplicaciones puntuales, principalmente para la industria de servicios, telecomunicaciones, control de flotas, aplicaciones M2M y minería, entre otras. En estas áreas la industria nacional está haciendo grandes esfuerzos por mejorar sus productos, pero esta voluntad no está exenta de amenazas, ya que existen productos importados similares que no pagan aranceles de importación y que rivalizan ferozmente con nuestros productos.

¿Cuáles son las ventajas para el mercado de comprar electrónica hecha en Chile?
El actual desarrollo de la industria electrónica nacional permite afirmar que existe la capacidad de desarrollar soluciones que satisfagan muchas de las necesidades del mercado local, con altos estándares de calidad. Las ventajas son contar con soluciones más rápidas, garantía y soporte local, además de costos muy competitivos respecto a soluciones importadas.

Entonces, ¿las proyecciones son positivas?
Cada vez más, el mercado está dejando sus necesidades en manos de la industria electrónica nacional y eso permite pronosticar buenas oportunidades de crecimiento. Asimismo, las proyecciones para la exportación de productos electrónicos chilenos también son alentadoras. Por eso, si Chile quiere apostar a ser un país desarrollado, debe entregar herramientas que permitan desarrollar su industria tecnológica, particularmente la industria electrónica, que puede convertirse en un poderoso motor de desarrollo para Chile, como lo es en países que en los últimos decenios han superado su status de subdesarrollados. El país debe invertir para fortalecer esta industria, capacitar a sus profesionales, crear métodos de financiamiento acordes a la realidad del sector. A futuro, un Ministerio de Tecnología e Industria, así como los que existen en los países desarrollados, sería un gran paso y un muy buen modelo a seguir.

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