Existen dos razones principales que justifican la compra de un grupo electrógeno. En primer lugar, y lo más importante, es el aseguramiento de suministro eléctrico ante eventos de racionamiento y corte de red. Un grupo electrógeno bien dimensionado, con su respectivo sistema de transferencia de carga, será capaz de respaldar la planta o sus maquinarias críticas, de manera tal que nunca se deje de producir por falta de energía eléctrica. Así, la inversión del grupo se debe comparar con los costos asociados a tener la planta detenida. "¿Cuál es el costo de tener mi empresa dos horas detenida?", es la pregunta clave en estos momentos.

Adicionalmente, existe una segunda razón que puede justificar la adquisición de un grupo electrógeno: la operación de éste en horas punta, que busca lograr un ahorro por concepto de cobro de potencia. Con el corte en horas punta, el usuario es capaz de disminuir la demanda en este horario, desde abril a septiembre (marzo a septiembre, a partir del 2009), lo que se traduce en una disminución en la factura eléctrica en el ítem "cobro por potencia demandada en hora punta" durante todo el año.

En caso que un corte de energía para la transferencia de carga no sea admisible en la planta, el corte de punta se realiza por medio de sistemas de sincronismo, los que realizan una transferencia suave de la energía desde la red al grupo (y viceversa) de manera que los consumos finales (ampolleta, horno, motor, etc.) no detecten el cambio.

Un sistema de este tipo es útil, además, en los eventos de corte de red, ya que logran que los dos cortes típicos (corte y regreso de la red), se transformen sólo en uno, ya que el regreso de la red se puede hacer sincronizado.

El uso de baterías

La determinación de la potencia de un grupo electrógeno surge del estudio de las cargas presentes que se han de respaldar y de su factor de simultaneidad; esto es, la mayor potencia demandada. Sin embargo, un factor de carga bajo (razón entre la potencia promedio y la máxima demandada) puede redundar en la adquisición de un equipo muy grande que responderá a los peaks, pero que funcionará a cargas demasiado bajas por períodos altos de tiempo, trayendo consigo consecuencias poco deseables como:

• Desperfectos mecánicos y mayor consumo de aceite en motor diesel al funcionar a cargas demasiado bajas (<30%) por extensos lapsos de tiempo.

• Funcionamiento del motor a potencias a las que su eficiencia (gr/kWh) decrece.

• Gran acumulación de horas en un equipo grande, lo que se traduce en un aumento en los costos de mantención.

Como solución a lo anterior, se recomienda la instalación completa de baterías de dos o más grupos electrógenos, respondiendo así a las potencias máximas demandadas por la instalación y, a su vez, ofreciendo ventajas tales como:

• Prevención de daños en motores al llevarlos a un funcionamiento eficiente mediante una distribución inteligente de las cargas existentes.

• La falla o detención de un equipo no afecta de manera gravitante, ya que siempre habrá más equipos de respaldo.

• Mejor planificación de mantenimientos.

• Bajo costo de repuestos.

• Ampliación en módulos simple y conveniente.

Emisiones

Los grupos electrógenos no están ajenos a las normativas ambientales de emisiones de contaminantes; de hecho, actualmente se encuentra en las etapas finales para su promulgación una normativa enfocada exclusivamente a este tipo de equipos en la Región Metropolitana. En ella se contemplan límites de emisión más estrictos que los considerados hasta hoy bajo la normativa para fuentes fijas en general (sobre todo, en material particulado).

Debido a esto, nacerán de forma natural dos inquietudes:

¿Qué hago con mi equipo actualmente operativo?
Es imprescindible comenzar verificando el estado actual del motor diesel. La tentación por poner el primer sistema de post-tratamiento de gases de escape que se nos cruce por el camino y olvidarse de los problemas es grande. Sin embargo, es importante considerar que estos sistemas exigen ciertas condiciones mínimas al motor, por lo que no están diseñados para operar en equipos con alto consumo de aceite por desgaste o humo excesivo por problemas de inyección. El resultado puede ser adverso: obstrucción prematura de filtro por cenizas metálicas, contrapresión excesiva en ducto de escape, daño en motor, entre otros. Por ello, un chequeo previo al equipo es fundamental antes de elegir el sistema para abatimiento de particulado.

¿Cómo elijo mi equipo nuevo?
En este caso evitemos caer en la angustia típica del consumidor por exceso de oferta. Lo mejor es concentrarse en que el motor diesel sea de una marca reconocida y que cumpla con normativas internacionales de primer mundo (EPA, TA-Luft).

Claramente, hay otros temas importantes que rodean la adquisición y operación inteligente de un grupo electrógeno, tales como: gestión de demanda y simultaneidad de consumos para disminución de peak, análisis de cargas reactivas, emisiones de ruido, entre otros.