¿Qué criterios técnicos deben considerarse en el diseño de sistemas de iluminación para carreteras? Un aspecto muy importante es la uniformidad de la iluminación, es decir, no sirve tener puntos de luz alejados, porque aunque en un sector la iluminación va a ser la adecuada, en otro no. Lamentablemente, las normas que existen de alumbrado público son muy antiguas y dan valores sólo referenciales, los que en la actualidad están obsoletos. La uniformidad también tiene que ver con el diseño de la luminaria; es importante que sea extendido y que se respeten ciertas distancias entre un punto de luz y otro. Y en términos económicos, ¿qué aspectos deben primar? Ahí es necesario internalizar el concepto de eficiencia. En carretera se usa bastante la lámpara de sodio -de luz amarilla- que en este momento es la que tiene mayor rendimiento, es decir, entrega mayor cantidad de luz por cantidad de energía consumida. Sin embargo, ese nivel de eficiencia se puede mejorar teniendo en cuenta el tema del mantenimiento. Existen lámparas de sodio que además de entregar una mayor eficiencia lumínica, requieren mantención a los cuatro años de uso y no a los dos, como es el estándar. Entonces es mucho más conveniente
En efecto. Tiene un costo inicial mayor, aunque a mediano y largo plazo es más conveniente. El problema es que normalmente ese análisis no se hace. Quienes invierten en iluminación se obsesionan con el costo inicial, sin pensar que gastando sólo un 20% ó 25% más es posible recuperar la inversión. Definitivamente, vale la pena invertir un poco más, pero iluminando más y mejor, y ahorrando en el tiempo. ¿Qué temas están pendientes en cuanto a la iluminación en carretera? Básicamente, el tema de la señalética. Existen numerosos letreros en carretera que son iluminados igual que la publicidad caminera, en general, con grandes focos de haluro metálico, mientras que resulta más conveniente hacerlo con sistemas de iluminación LED. ¿Cuáles son las ventajas? El consumo es muy bajo, del orden de 2 ó 3 watts por cada LED, en relación al consumo de una lámpara halógena que puede ser de 50 watts. Son de alto brillo, idealmente para carreteras y semáforos. Su precio es mayor, pero un LED puede durar 100 mil horas -cerca de 10 años- y no necesita ningún tipo de mantenimiento, lo que constituye una gran ventaja y un ahorro importante. ¿Cómo Osram Chile apoya al mercado en proyectos de iluminación de este tipo? Nuestra apuesta para el mercado de alumbrado público es muy completa. Para los sectores donde se necesita menor inversión y alto rendimiento, contamos con lámparas de sodio de alta presión, y para sectores donde se privilegia la calidad de la luz, con lámparas de haluro metálico de alto rendimiento, con ballast electrónico. Específicamente, la lámpara de sodio Súper 4Y, además de tener una alta eficiencia lumínica, no tiene un mantenimiento de dos años, sino que dura el doble (cuatro años), por lo que permite reducir los costos de mantenimiento y los de consumo energético, porque además entrega mayor cantidad de luz por cada watt que gasta. Una alternativa excelente, que combina rendimiento, calidad y eficiencia. |