¿Cuál es la experiencia alemana en este campo? La matriz del desarrollo energético alemán se basa en la existencia de una ley de energías renovables, la cual garantiza un precio fijo -dependiendo de cada tecnología en particular- para los productores. Esto, además de entregar seguridad energética, fomenta en gran medida su desarrollo y producción como nueva industria y crea puestos de trabajo. Hasta la fecha, los resultados han sido muy positivos y con un fuerte grado de competitividad de parte de fuentes alternativas, sobre todo por el alto costo económico que tienen las energías tradicionales. Por esa razón, casi el 16% del total de energía que se produce en Alemania proviene hoy de la biomasa, mayoritariamente biogás, con cerca de 4 mil plantas productoras. ¿Cómo ve la situación local? En Chile, existe mucho potencial para las Energías Renovables No Convencionales (ERNC), pero la gran barrera es la falta de precios garantizados que den seguridad de planificación e inversión para el inversionista. Diversos expertos han determinado que el biogás podría llegar a representar hasta un 4% de la matriz energética, y este potencial está asociado especialmente a la agroindustria, el tratamiento de aguas urbanas e industriales y la captación de gases en rellenos sanitarios. Hay ciertos niveles de producción de gas en rellenos sanitarios y en plantas de tratamiento de agua, que todavía no se aprovecha energéticamente, quemándose a través de antorchas, con el objeto de estabilizar los contenidos de gas metano y obtener bonos de carbono a través de los mecanismos de desarrollo limpio (MDL). De hecho, este gas se podría utilizar para producir energía para la red eléctrica, aprovechar el calor generado y generar, además, bonos de carbono. ¿Qué ventajas presenta el biogás para las empresas? Obviamente, los resultados dependen de cada proyecto en concreto y hay múltiples factores que se deben calcular, pero existen algunas variables interesantes, como el hecho de que actualmente las empresas están obligadas a tratar sus residuos, proceso que permite aprovechar el biogás y generar así un "valor agregado" (energía eléctrica y térmica). Entonces, esta energía se puede dirigir para uso propio, amortización de la inversión de la planta o venta a terceros. Para empujar el desarrollo de este negocio y lograr mayor competitividad de esta tecnología, resulta importante también tener un sistema de incentivo de parte del Estado chileno. Esto puede ser un tipo de subsidio o precio garantizado que puede entregar el Estado (como se hace en Alemania) o el sistema de cuotas que parece ser favorecido en Chile, mediante el que el comercializador debe vender una parte como energía renovable. ¿Existen proyectos en el país? Se está construyendo actualmente una planta piloto de biogás. Se trata del Centro Educacional del Sepade en Negrete, VIII Región, donde opera una empresa alemana con un socio chileno que producirá energía eléctrica y térmica. Por su parte, Camchal ofrece diversos servicios en torno al tema Energía y Medio Ambiente, como el curso de biogás que realizó nuestro Centro de Excelencia y Capacitación en septiembre pasado en Concepción y Santiago. |