Un creciente número de empresas chilenas está invirtiendo en equipos de respaldo para la eventualidad de interrupciones de suministro eléctrico, ante la delicada situación de aprovisionamiento que experimentaremos por al menos dos años más. Muchas están comenzando a invertir también en tecnologías para reducir su consumo energético, apostando a que los precios de la energía pueden no sólo mantenerse a los elevados niveles actuales, sino que probablemente sigan subiendo en el mediano y largo plazo. A juzgar por lo apretado que está el mercado mundial de hidrocarburos, los crecientes riesgos geopolíticos que lo amenazan, y la fuerte alza en la demanda de energía, especialmente de Asia, esta decisión parece acertada. El último informe anual de la EIA pronostica que la demanda de energía de los países integrantes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) -de los cuales México es hasta ahora el único miembro latinoamericano- va a seguir creciendo a un ritmo moderado hasta el 2030, con una media anual de 0,8%. De este modo alcanzará un consumo anual de 289 cuadrillones (1015) de Unidades Térmicas Británicas (BTUs) para ese año, lo que representará un aumento de 24,2% en relación a su consumo en el 2004. Esto, gracias a considerables inversiones en eficiencia y ahorro energético. Los países pobres consumirán más energía que los ricos desde el 2010. Por su mayor crecimiento económico y demográfico, y su muy inferior inversión en eficiencia energética, el crecimiento promedio anual de la demanda de energía de los países asiáticos no miembros de la OCDE (que incluyen a China e India) será cuatro veces mayor, alcanzando 3,2%. El año 2004 el consumo de los países asiáticos no OCDE era aproximadamente la mitad de la suma del consumo de Europa y América del Norte, pero conforme a estas proyecciones para el 2030 alcanzará 227,6 cuadrillones de BTUs-128% más que en el 2004- con lo que será sólo 9% inferior. El crecimiento de la demanda de energía en América del Sur y Central será también considerable, alcanzando según la proyección del EIA un promedio anual de 2,6% en este período para alcanzar 41,4 cuadrillones de BTUs (84% más que el 2004). En su conjunto, el crecimiento del consumo energético anual de los países que no son miembros de la OCDE alcanzará un promedio anual de 2,6% en el período 2003-2030. De este modo, ya el 2010 el consumo de estos países superará por primera vez al de los países de la OCDE, y la diferencia va a crecer con rapidez. Para el 2030 su consumo alcanzará 403,5 cuadrillones de BTUs, contra 298 de los países de la OCDE. El petróleo seguirá reinando Aunque las energías renovables y la energía nuclear van a crecer a un ritmo considerable en el período 2003-2030, sus participaciones de mercado alcanzarán alrededor de 7,5% y 6,5% respectivamente para el 2030. A pesar de la preocupación mundial por el calentamiento global, los combustibles fósiles seguirán siendo las principales fuentes de energía. Según las proyeciones de la EIA, el carbón será el recurso energético que va a experimentar el mayor crecimiento en su producción, con lo que su participación de mercado subirá de 25% el 2003 a 28% el 2030, dejando atrás al gas natural, que alcanzará alrededor de 24%. El petróleo -en sus diversas variedades- seguirá siendo el rey en el mercado energético mundial, pero su participación de mercado bajará desde 38% el 2004 a alrededor de 34%, debido a sus crecientes precios. La razón por la cual la caída en su participación no será más pronunciada es la creciente demanda del sector transporte. El consumo de petróleo aumentará de 83 millones de barriles por día (bpd) en el 2004 a 97m de bpd el 2015 y 118m de bpd el 2030, según la EIA. |