La realidad de Chile no está muy distante de las estadísticas mundiales. De acuerdo con la información del último balance energético de la Comisión Nacional de Energía, los sectores industrial y minero son los responsables del 64% del consumo eléctrico nacional, y si a esto sumamos que sólo los motores eléctricos consumen el 46% de la energía eléctrica del país, podemos comprender la importancia que tiene la elección de un accionamiento eficiente. Un motor de elevada calidad tecnológica no sólo tendrá una mayor eficiencia durante el período de marcha a plena carga, sino que nos brindará mejores condiciones en el arranque y condiciones excepcionales de funcionamiento a los niveles de carga parcial (el rendimiento a ¾ de carga es similar y en algunos casos superior al 100% de carga). Los costos de operación de un motor, durante su vida útil, se forman con el precio pagado por unidad, el costo de su instalación, el del mantenimiento y el costo de la energía. La comparativa de todos los puntos precedentes no resiste análisis alguno, pues el 97% del total lo representa el "costo de la energía" (ver Figura 1). Figura 1. Motores de alto rendimiento Cuando se habla de motores de "Alto Rendimiento" (EFF2), también podemos definirlos como de "bajo consumo". Para que un motor sea de bajo consumo sin variar (en gran medida) el precio, debe brindar mejores condiciones en el arranque como durante la marcha. Durante el arranque, las condiciones que debe reunir son mayor par inicial y par máximo; menor momento de inercia; y menor corriente. Para la marcha, las virtudes más destacadas deben ser su confiabilidad y funcionamiento (según normas), pero sin olvidar que es muy importante la aptitud para ser sobrecargado en forma permanente, pero además tener un diseño rotórico adecuado para que el factor de potencia no exceda los valores reglamentados, y así evitar pagar multas por potencia reactiva. En definitiva, se debe buscar un motor que ofrezca, a precio similar, la mejor prestación. A fin de obtener máquinas eléctricas con estos estándares de calidad, es imprescindible no sólo pensar en el precio. Es obligación de todo fabricante invertir en el desarrollo de un óptimo diseño de las partes activas y utilizar los mejores materiales para la construcción del motor: cobre electrolítico de alta conductividad, aleación de aluminio de elevada prestación electromecánica y núcleos elaborados únicamente con chapa de hierro-silicio de bajas pérdidas. Si tenemos en cuenta todas las condiciones, podemos estimar cada 12 meses una diferencia en la potencia absorbida de la red superior al 1,5% y si lo proyectamos a seis años, se obtiene un ahorro energético acumulado del 10%. En síntesis, cuando se realiza una ampliación, se instala una máquina nueva o se debe reemplazar un motor viejo, es necesario tener en cuenta cuánto nos costará en el futuro mantener ese equipamiento. Pero además hay que tener en cuenta el empeoramiento del resultado y el estado de las líneas, pues de no ser así y antes de tiempo, el crecimiento inexorable de la producción nos llevará a aumentar el recurso energético con: Nuevo equipamiento generador. Solicitud de un cupo mayor de energía. La incorporación de sistemas de compensación. |