Muchas veces la confiabilidad de los equipos, en términos de disponibilidad de funcionamiento continuo, no es bien comprendida. En los SIS (Safety Instrumented Systems), por ejemplo, se utiliza una representación estadística de la confiabilidad en el sistema que nos da varios Niveles Integrales de Seguridad, SIL (1). Ellos dan cuenta de la necesidad de contar con mayores niveles de redundancia para disponer de un nivel SIL apropiado para cada tipo de instalación. A nivel de sistemas de control de flujo, utilizando un concepto de redundancia se puede aumentar la confiabilidad, pero para que sea completo deben también considerarse los elementos finales de control, es decir, las válvulas. Son ellas las encargadas de proveer la acción de falla frente a una necesidad del proceso. Por lo mismo, tener un equipo que cumpla con los requerimientos establecidos en la norma respecto de la disponibilidad resulta clave. Contar con válvulas y actuadores que cumplan con un nivel SIL acorde a lo crítico de un proceso implica que existe un índice que da cuenta de la disponibilidad de los equipos para realizar su trabajo. Entre los métodos para establecer el nivel SIL requerido por una instalación está el de Consecuencias, que se basa en establecer, sobre una escala de tres niveles, la consecuencia potencial de un incidente en planta. La importancia de este índice queda clara cuando analizamos un incidente de nivel SIL 3: tiene impacto sobre los empleados y la comunidad, ya que no sólo impacta las propias instalaciones, sino que a la comunidad que se encuentra en el entorno. La incidencia en el desempeño de estos equipos en la productividad es innegable, además de las implicancias en áreas como las primas de seguros asociadas a instalaciones críticas, o bien, en aplicaciones en que el fluido es muy preciado y costoso. Llega la tecnología digital La llegada de la tecnología digital es un hecho. En nuestros clientes mineros podemos encontrar las más variadas plataformas de control e incluso mezclas de buses de campo. En un contexto de integración tecnológica estamos entregando soluciones de actuación, así como de accesorios para la actuación, en casi cualquier bus de campo de protocolo abierto. Atrás quedaron aquellas tecnologías propietarias donde sólo los equipos del mismo fabricante podían ser instalados. Un portafolio de un fabricante establecido incluye posicionadores inteligentes para aplicaciones de cuarto de vuelta o lineales con protocolo FF, pasando por limit switches Profibus o ASI o DeviceNet. Para el caso de los posicionadores, el uso de tecnología sin contacto elimina el uso de brazos mecánicos de realimentación, mejorando el desempeño del conjunto y disminuyendo la histéresis progresiva de los accionamientos mecánicos en desgaste, sobre todo en aplicaciones lineales, donde la mayoría de los fabricantes insisten en el uso de brazos mecánicos de realimentación de posición. Una operación automatizada exitosa depende de muchos factores. Así no sólo debe considerar las condiciones particulares de demanda específica del proceso en términos de materiales y tipos de válvulas. Es clave también incluir la posibilidad de realizar actualizaciones tecnológicas (Retrofit), integración con tecnología existente, disponibilidad de servicios y repuestos. Sólo, de esta forma, la confiabilidad será total. |