Sin embargo, producto de los enormes cambios tecnológicos que se han producido en muy pocos años en estas áreas, la organización industrial que soporta el desarrollo de estas infraestructuras y las formas de generación de valor con el uso de estas tecnologías, han variado radicalmente. Las tradicionales Entel, CTC, Endesa, Chilectra, TVN, Codelco, ECOM, entre otras, que estructuraban y ordenaban en forma casi centralizada el desarrollo de la infraestructura tecnológica del país, quedaron restringidas a la explotación de ciertos nichos específicos, quedando la innovación e introducción de nuevas tecnologías en manos del mercado. Entonces, un ingeniero civil electricista, que era muy efectivo en el contexto anterior, adolece de ciertas debilidades en el nuevo escenario, situación que impone importantes desafíos a la formación de estos profesionales. Hoy, la industria requiere de un ingeniero civil electricista que combine adecuadamente una alta capacidad técnica (muy buena formación en las ciencias de la ingeniería en general y de la especialidad en particular), junto con los conocimientos y competencias necesarios para operar en el mundo empresarial moderno, altamente competitivo y basado en la innovación. Estos conocimientos y competencias se pueden resumir en: Conocimientos básicos sobre qué es la empresa y el contexto en que ésta opera; las reglas que regulan su funcionamiento; técnicas de gestión de empresa, del conocimiento y de la innovación; estudio de casos y testimoniales. Competencias blandas necesarias para la dirección de personal y el trabajo en equipo: Capacidad de escuchar con empatía; asertividad en la comunicación, etc. Si bien las universidades chilenas están haciendo un esfuerzo en esta dirección, desde las empresas del sector aún se perciben brechas que deben ser subsanadas para mejorar la competitividad de nuestra industria. Las universidades tradicionales, con cuerpos docentes principalmente conformados por investigadores de jornada completa, logran un muy buen nivel técnico en la formación de estos profesionales, pero comúnmente evidencian debilidad en la preparación de los aspectos necesarios para el desempeño de éstos en el mundo de la empresa, de acuerdo a lo enumerado en el párrafo anterior. Normalmente, en estas casas de estudio, el "modelo" de profesional a que tienen acceso los alumnos y que inspira su orientación profesional son investigadores y académicos de excelente nivel, incluso internacional, pero normalmente bastante alejados del mundo de la empresa. Sin embargo, en promedio, más del 90% de los ingenieros civiles electricistas ejercen su profesión en el mundo de la empresa. Tanto desde la Universidad como desde la Industria se debe propiciar un mayor acercamiento entre ambos mundos. Si los investigadores universitarios trabajan más con las empresas, lograrán compenetrarse de mejor forma de la realidad empresarial e incorporar esta dimensión en la formación del ingeniero. Además, los actores empresariales deben tomar un rol más activo en su acercamiento a las instituciones de educación superior, ya sea llevando a éstas problemas de la industria y/o participando de distintas formas en la actividad docente (testimoniales, prácticas profesionales, etc.). En esta dirección, AIE (www.aie.cl) está propiciando alianzas y el trabajo conjunto con universidades y organizaciones profesionales tradicionalmente ligadas al sector académico (IEEE, ACCA, etc.). Invitamos tanto al mundo universitario como empresarial del sector eléctrico, electrónico, de automatización y telecomunicaciones a participar activamente en los comités de la AIE para fortalecer estas iniciativas e ir cerrando la brecha universidad-empresa en las disciplinas de nuestra especialidad. Los futuros ingenieros civiles electricistas son el principal capital que debe desarrollar nuestra industria para garantizar su éxito en el mediano y largo plazo. Esta es una industria basada en el conocimiento y en la innovación y sus posibilidades de desarrollo dependen casi exclusimente de las personas y de los mundos que éstas sean capaces de inventar y, luego, de construir y sostener. |