La clave principal del desarrollo de la integración de sistemas ha sido la apertura tecnológica que han tenido los productores de equipos para el control y automatización de sistemas, con productos como controladores lógicos, buses y dispositivos de campo y sistemas de información, que han debido flexibilizarse y tener la capacidad de colaborar, servir y gestionar equipamiento de distintas marcas. Para ello, se han implementado diferentes sistemas de comunicación, produciendo manejadores para distintos controladores lógicos, que, a su vez, tienen la capacidad de manejar diferentes dispositivos, usando estándares reconocidos y aprobados por toda la comunidad.

Prueba de esto son los PLCs, que ya hace bastante tiempo han dejado de leer solamente señales análogas de voltaje o corriente, actuar a través de contactos secos y comunicarse a través de lentos protocolos seriales. En la actualidad, son capaces de comunicarse con otros PLCs y sistemas de control y supervisión, en medios como fibra óptica o aire, y utilizando comunicación digital en los dispositivos de campo, lo cual mejora tanto la precisión como el traspaso de la información de estado, identificación y parametrización de los mismos, en tiempos más que suficientes para cumplir con su rol dentro de los procesos industriales. Todo lo anterior puede lograrse utilizando sistemas de distintas marcas y fabricantes.

Otro punto importante es la difusión de la información que actualmente ofrece Internet, la que deja al alcance de la mano saber cuáles son los diferentes grados de integración y las características que poseen los distintos productos ofrecidos.

Otro aspecto, y quizás el más importante, es la confianza que están teniendo los clientes en cuanto a la capacidad de las empresas y profesionales para llevar a cabo con éxito proyectos con equipamientos y sistemas de diferentes marcas, ganando con ello soluciones con mayores prestaciones y capacidades.

Los sistemas embebidos

Hay que destacar también, en esta revolución tecnológica, la importancia que ha tenido el desarrollo de los sistemas embebidos, ya que este grado de integración informática ha permitido a los equipos contar con las capacidades de comunicación y características requeridas para que puedan integrarse a una solución buscada.

Asimismo, es el nivel de avance de los sistemas embedded el que ha permitido crear interfaces de todo tipo, que parecieran ser cada vez más sencillas de enchufar y usar, pero resultan cruciales a la hora de efectuar la integración de equipos. Es así como también puede verse el tránsito de software, diseñados para aplicaciones específicas -como medición e inventario en estanques, por ejemplo-, que están pasando a ser parte de una caja de hardware con gran capacidad de proceso, almacenamiento y despliegue de datos o interfaces que pueden desplegar y compartir la información suficiente para ciertas aplicaciones que antes pasaban por la necesidad de adquirir un PLC.

Pero, a pesar de los grandes avances y disponibilidad de información proveniente de los productores de equipamiento para los sistemas de control automático, pensar, desarrollar e implementar productos de este tipo no es tarea fácil.

Una organización que desee llevar a cabo este tipo de proyectos debe tener una muy buena base técnica instalada, infraestructura y recursos suficientes para probar equipos, y estar dispuesta a arriesgar y resolver los problemas que puedan irse encontrando en el camino de la integración. También debe contar con una excelente relación con los proveedores de equipamiento, de los cuales requerirá el mayor soporte e información técnica posible, y sencillamente descartar a aquéllos que no brindan la suficiente colaboración para resolver los problemas que puedan suscitarse en la integración. También debe contar con una base de profesionales, tanto especialistas como multidisciplinarios, que no teman estar absorbiendo gran cantidad de información constantemente, a través de manuales e información directa de las oficinas técnicas de los proveedores, con un enfoque balanceado entre el pensar y hacer las cosas.

Puede decirse entonces que las organizaciones tienen una excelente oportunidad para crear productos de integración con mayor valor agregado, lo que pasa obligatoriamente por potenciar las áreas técnicas y de servicios, y como dicen los menos entendidos, "tener las ganas de hacerlo".