Durante el presente año, el Sol arrojará sobre la Tierra cuatro mil veces más energía que la que consumiremos. Considerando esto, no sería racional no intentar aprovechar, por todos los medios técnicamente posibles, esta fuente energética gratuita, limpia e inagotable, que puede liberarnos definitivamente de la dependencia del petróleo o de otras alternativas poco seguras, contaminantes o, simplemente, agotables. Básicamente, recogiendo de forma adecuada la radiación solar podemos obtener calor y electricidad. El calor se logra mediante los captadores o colectores térmicos, y la electricidad a través de los llamados módulos fotovoltaicos. En términos de tecnología y aplicación, ninguno de estos procesos tienen nada en común, por lo que en este artículo nos concentraremos en la obtención del calor del sol. La energía solar térmica no sólo es una energía renovable, sino que es una energía que puede ser utilizada para limitar los gastos energéticos en el hogar y la industria. El principio de la energía solar térmica es simple: captadores solares dispuestos en el tejado o en el suelo recalientan un fluido termoportador que circula por unos tubos (ver figura 1). Fig. 1: Esquema paneles solares y acumuladores. Según el tipo de instalación, este fluido permitirá calentar agua caliente sanitaria e incluso el suelo radiante y/o una piscina. Además, existen una serie de procesos y aplicaciones industriales viables de ser tratados con este tipo de energía como secadores, desaladoras, sistemas de refrigeración, centrales solares, entre otros (ver figura 2). Fig. 2: Sistema integrado de agua caliente sanitaria (ACS), calefacción y temperado de piscina. La energía solar puede ser perfectamente complementada con otras energías convencionales, para evitar la necesidad de grandes y costosos sistemas de acumulación (estanques de agua caliente). Así, una casa bien aislada puede disponer de agua caliente y calefacción solares, con el apoyo de un sistema convencional a gas o eléctrico que únicamente funcionaría en los períodos sin sol. El costo de la "cuenta de la luz o del gas" sería sólo una fracción del que alcanzaría sin la existencia de la instalación solar (ver figura 3). Fig. 3: Paneles solares térmicos en cubierta de techo. Más allá de ser una alternativa ecológica, el calentamiento de agua mediante energía solar se ha convertido en una tecnología económicamente atractiva y competitiva. En los últimos años, se ha producido un aumento notable de instalaciones de energía solar térmica a causa, por una parte, de la sensibilidad creciente de la sociedad hacia la necesidad de sustituir los combustibles fósiles y, por otra, de los avances en los sistemas solares térmicos (mejora de la calidad y reducción de costes). |