La gestión energética tiene por objetivo reducir el consumo energético unitario en los procesos de transformación energética. Es decir, obtener mejores resultados con la misma cantidad de energía; o los mismos resultados, pero utilizando menos energía.

Si se adoptan las normas de gestión, se mejora la posición competitiva de la empresa al reducir costos. La gestión energética eficiente también contribuye a alcanzar una mayor responsabilidad ambiental, al permitir que los efectos negativos que pueden asociarse a la producción y uso de energía, independientemente de la fuente a que se recurra, disminuyan por unidad de producto o servicio resultante.

A continuación, se indican algunas de las normas principales, sin orden de prelación, ya que las realidades de cada empresa son diferentes:

• Enfocar la Auditoría Energética como de Energía Total: Esto significa incluir las energías que ingresan, las reacciones endo y exotérmicas, las transformaciones y sus porcentajes de pérdidas teóricas y reales, y, en especial, las recuperaciones cuando las hay y registrar aquéllas que no se realizan.

• Conocer las eficiencias que tienen los equipos de reemplazo y compararlos con los valores reales de la auditoría energética inicial.

• Realizar y concretar proyectos de mejoramiento de la eficiencia energética.

• Conocer las técnicas de gestión y, en especial, las de gestión energética.

• Hacer control y realimentar con los resultados de las mediciones, las que deben hacerse, por lo menos, mensualmente.

• Una aislación correcta es una inversión para siempre. No olvide que oficinas y casas son verdaderos "coladores" energéticos.

• La verificación, control, correcciones y realimentación es un proceso de mejoramiento continuo, porque los procesos continuos se desajustan fácilmente y la energía es de utilización permanente.

A continuación se hacen algunos alcances y consideraciones de mayor detalle (o Lista de Verificación) que podrían ayudar a mejorar la eficiencia energética de su empresa:

• Utilizar el calor del escape de máquinas en vez de botarlo a la atmósfera.

• Recuperar el valor combustible de subproductos de desecho en vez de botarlos.

• Usar el calor recuperado de aparatos de iluminación.

• Usar el aire de enfriamiento de piezas de trabajo calientes para calefacción ambiental.

• Eliminar cañerías de servicio de agua/aire/gas/vapor innecesarias, para evitar fugas.

• Examinar las válvulas y mecanismos de cambio de presión (son ineficientes).

• Instalar secadoras adecuadas en las líneas de aire para eliminar la necesidad de purgar.

• Instalar las tomas de aire comprimi-do en los lugares más frescos.

• Recuperar y volver a utilizar el agua de enfriamiento.

• No utilizar aire comprimido para refrescarse; es muy caro.

• Verificar la correcta relación (rendimiento energético) energía inicial y necesidad final de instalaciones y equipos para la obtención de movi-miento, luz, frío, calor, vapor.

• Reemplazar los motores y bombas de tamaño excesivo por otros de tamaño óptimo.

• Reducir la presión del aire comprimido al mínimo requerido.

• Reducir la temperatura del agua caliente al mínimo requerido.

• Reciclar el agua tratada.

• En el caso de movimiento de materiales: parar correas transportadoras, montacargas, etc., si no están en uso; ajustar y mantener los vehículos, especialmente los destinados al movimiento de materiales; utilizar equipos y máquinas de tamaño y capacidad óptima.

• Utilizar la fuerza de gravedad en las alimentaciones toda vez que ello sea posible.

• Establecer un plan de servicio para mantener un rendimiento adecuado de los motores.

• Adecuar el tamaño de los camiones a la tarea que deben desempeñar y apagar motor en la espera.

• Reducir y consolidar los planes de entrega de materiales.

• Eliminar la iluminación encima de materiales apilados.

• Adecuar tamaño de motores al trabajo que deben realizar y usar motores eficientes.

• Optimizar los factores de potencia de las plantas.

• Proveer mantenimiento y lubricación adecuados de las máquinas y equipos que son impulsados por motores.

• Tomar en cuenta el empleo eficiente de energía cuando se compra nuevo equipo.

• Utilizar motores de velocidad múltiple para controlar las cargas variables de bombas, ventiladores y compresores.

• Aumentar la capacidad de reflexión luminosa de paredes y cielos rasos.

• Desconectar sistemas de aire acondicionado durante el Invierno.

• Suprimir las aberturas del techo y las chimeneas de ventilación en desuso.

• Reducir la temperatura del agua caliente de servicio al del menor requerimiento.

• Utilizar la inercia térmica de la calefacción cuando los edificios no estén en uso.

• Instalar interruptores de alumbrado en sectores poco usados y automatizarlos.

• Convertir el sistema de alumbrado corriente a sistemas que utilicen luz fluorescente, de mercurio, sodio u otro tipo de luz de alta eficiencia.

• Controlar el aire acondicionado en Verano.

• Eliminar de inventario, catálogos y bodegas las luminarias que no sean eficientes.

• Controlar con células las luces exteriores.

• Introducir aire con baja humedad en sistemas de aire acondicionado.